No son pocos los afiliados al Consejo de la República de Carles Puigdemont que se han creído la carta que han recibido en su correo electrónico en la que se anuncia la dimisión del vicepresidente de la entidad, el exconsejero de sanidad de la Generalidad Toni Comín. Tras las recientes informaciones sobre los gastos sin justificar en los que ha incurrido Comín, según una auditoría, la entidad separatista ha denunciado en primer lugar un ataque informático y ahora que unos "hackers" se han apoderado de la gestión del correo electrónico del Consell y han realizado el envío masivo de una carta en la que se anuncia la renuncia de Comín.
La entidad afirma que el correo es falso, que Comín no ha dimitido y que se está trabajando para recuperar el control de la herramienta informática. El incidente se produce después de que haya trascendido el informe de la auditoría sobre Cat Global, el entramado montado por Puigdemont en Bélgica como parte del "aparato del exilio", según la terminología separatista. En esa auditoría se indica que Comín habría gastado más de 15.000 euros en los alquileres de un coche, de un apartamento, así como en retiradas de efectivo (seis mil euros) y abonos de impuestos correspondientes a su apartamento en Lovaina. Todo ello sin justificar y sin tener una autorización previa del Consejo de la República.
Exempleado despechado
Comín atribuye las acusaciones a un gerente que fue despedido y actuó por despecho y aduce además que al haber sustituido él las funciones que realizaba dicho gerente le ha ahorrado decenas de miles de euros a la entidad.
El Consejo de la República era el artefacto con el que Puigdemont pretendía aglutinar a todas las facciones independentistas bajo su presidencia. Para darle carta de naturaleza, el prófugo renunció a la presidencia de su partido, Junts, a cambio de presidir el "Consell". Sin embargo, la maniobra no funcionó y ahora se dispone a recuperar los mandos del partido dejando la entidad, que presume de tener más de cien mil socios, a la deriva.