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Así desmontó Aldama el Congreso de Sánchez: los datos desvelados han impedido al presidente simular una limpia mediática

Sánchez no apartó a Santos Cerdán porque si lo echaba asumiría la culpa y la extensión de la corrupción por todo el PSOE.

Sánchez no apartó a Santos Cerdán porque si lo echaba asumiría la culpa y la extensión de la corrupción por todo el PSOE.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante el 41 Congreso Federal del PSOE reunido en Sevilla este domingo. | EFE

La sonrisa de Pedro Sánchez al término de su congreso es tan falsa como su tesis doctoral. Lo cierto es que en un sus planes iniciales si estaba apartar a Santos Cerdán y algún otro cargo tocado por la trama pero las últimas filtraciones de Víctor de Aldama le han impedido hacerlo por el simple hecho de que, si los echaba, asumía la culpa y la extensión de la corrupción por todo el PSOE. Ahora no le queda más remedio que seguir adelante con todos las ramificaciones de la trama dentro de la formación.

Sánchez logró más del 90% de los apoyos del PSOE para su congreso y oda a la corrupción. Más del 90% de los 1.028 delegados que han acudido este pasado fin de semana a votar en el 41º Congreso Federal del PSOE han apoyado a la nueva dirección socialista, que nace tras ovacionar a Begoña Gómez, Chaves, Griñán y toda la ola de corrupción de rodea al Partido Socialista. En el su núcleo duro siguen María Jesús Montero y Santos Cerdán, ambos salpicados por la trama de Aldama. Y por muchos "dientes, dientes" que muestre la sonrisa de Sánchez, no es verdad que ese fuera el plan inicial del líder socialista.

Fuentes de la formación de Sánchez han reconocido a Libertad Digital que, "por supuesto, que existía la intención inicial de apartar, al menos, a Santos Cerdán". Y tampoco la vicepresidenta de Hacienda "tenía garantizado su futuro tras la acumulación de errores en la tramitación de los presupuestos y normas económicas en el Parlamento". Y es que, efectivamente, Montero vendió a Sánchez una supuesta seguridad en los apoyos parlamentarios que han propiciado sonoras derrotas al PSOE y al Gobierno de Sánchez en sus intentos legislativos.

Sánchez pretendía apartar a Santos Cerdán

La historia de Santos Cerdán no es muy distinta: de lo que debía ser un acuerdo estable y pacífico con Junts, se ha pasado a un continuo polvorín que agita, por el otro lado de la cuerda, a Sumar, Podemos y ERC. Y, como Sánchez no es de asumir culpas propias, "siempre culpa a los que le rodean de sus propios errores", añaden esas mismas fuentes. Iván Redondo es claro testigo de esa afición del presidente.

Por todo ello y porque Sánchez conoce perfectamente la penetración de la trama en su formación es por lo que el líder socialista quería dejar atrás a determinadas personas aprovechando el congreso del PSOE.

Pero dos semanas antes se cruzó en su camino Víctor de Aldama y sus declaraciones en sede judicial. Y la depuración mediática del PSOE pasó a mejor vida: cualquier depuración habría sonado a reconocimiento de la veracidad de las acusaciones del líder de la trama y eso no se puede permitir en estos momentos un Sánchez totalmente señalado por los casos de corrupción que rodean a su partido, Gobierno y familia.

El personaje clave del caso Koldo y el entramado de corrupción que rodea a Pedro Sánchez, Víctor de Aldama, decidió empezar a tirar de la manta a mediados de noviembre. Solicitó declarar ante el juez Ismael Moreno y confirmo -y amplió- todo lo conocido, incluida su relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Entre las afirmaciones de Víctor de Aldama cobró especial fuerza la acusación al actual secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Según Aldama, Koldo García Izaguirre entregó 15.000 euros a Cerdán en un bar frente a la sede del PSOE, en la calle Ferraz. Él fue testigo directo del episodio.

José Luis Ábalos y Koldo García Izaguirre

En su declaración, también afirmó que pagó en efectivo 400.000 euros al exministro de Transportes José Luis Ábalos y 250.000 a su entonces asesor Koldo García Izaguirre, a lo que se añadiría el pago de otros servicios como el alquiler de un piso en Madrid para la novia del exministro, vacaciones y otros gastos exigidos.

Además, Aldama aseguró que el entonces presidente canario y actual ministro, Ángel Víctor Torres le pidió 50.000 euros a través de Koldo.
Y, llegó la enésima bomba, Aldama afirmó que había realizado un pago al jefe de gabinete de Montero, de 25.000 euros, para lograr favores fiscales para las empresas de la trama.

Para colmo, y como ha publicado Libertad Digital, pese al desmentido de Montero, las conversaciones interceptadas por la UCO en la investigación del caso PSOE encajan con la acusación porque hubo varias reclamaciones de Aldama a Koldo García Izaguirre para que intercediera ante Hacienda por el trato recibido por sus sociedades y Koldo, efectivamente, se comprometió a solucionar el asunto.
Y, como colofón, la agenda personal de Koldo ha confirmado citas con el jefe de gabinete.

Todo demasiado explícito como para que Sánchez apartara a personas clave aprovechando el congreso sin que nadie hubiese señalado lo obvio: que dejaba en el camino a miembros del PSOE porque las acusaciones de corrupción eran, al menos, consistentes.

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