Pedro Sánchez juega una de sus partidas más arriesgadas. Tras el Congreso en el que el partido ha cerrado filas con su liderazgo y se ha hecho una Ejecutiva repleta de fieles, el secretario general del PSOE busca ahora renovar casi todos los liderazgos territoriales de su partido con la vista puesta en las autonómicas de 2027. Ésta es una de sus jugadas más arriesgadas. Si le sale bien, puede tener más baronías afines que nunca, a excepción de Castilla la Mancha. Si por el contrario fracasa, puede empezar a tener más problemas internos.
Sólo los presidentes autonómicos están asegurados. Emiliano García Page en Castilla la Mancha, Adrián Barbón en Asturias y María Chivite en Navarra. También se da por segura la continuidad de los secretarios generales más leales y que Sánchez colocó en Madrid tras la debacle de las autonómicas. Se trata del canario Ángel Víctor Torres y de la balear Francina Armengol
No hay dudas con la valenciana Diana Morant que será la candidata a la Generalidad en 2027, salvo que Mazón convoque elecciones antes. Para reforzar su candidatura, Ferraz apuesta por la delegada del Gobierno en la Comunidad, Pilar Bernabé, como candidata a la alcaldía de Valencia. De ahí su inclusión en la Ejecutiva como secretaria de Igualdad.
Queda la duda de Extremadura donde el flamante secretario general, Miguel Ángel Gallardo, puede enfrentarse a una candidatura alternativa sólo unos meses después de ser elegido en primarias. A Ferraz no le gustó que, nada más tomar posesión, tratase de marcar perfil propio a costa de distanciarse del Gobierno en temas como la financiación. Ahora, afirman que "ha vuelto al redil" y que los problemas se van disipando.
En Madrid, tras la destitución de Juan Lobato, todos apuestan por el ministro Óscar López y, aunque surja alguna candidatura alternativa, no se esperan muchos problemas para que este apparátchik del partido, que ya fue líder de los socialistas castellanoleoneses, consiga imponerse.
Castilla y León, el primer problema
Las dudas están en tres comunidades. Una de ellas provocadas con un sanchista de pata negra: Luis Tudanca. El líder regional se ha ido distanciado de Ferraz y ya es visto como un barón poco fiable. El problema que tienen en el entorno de Santos Cerdán es que la dirección autonómica controla casi todas las provincias a excepción de León.
Aquí, como fontanero sanchista, jugará un papel clave el peón leonés, Javier Alfonso Cendón, pese a estar enfrentado con otros destacados socialistas de su provincia como el alcalde de la capital. Ferraz busca un candidato al que aupar frente a Tudanca y las miradas estaban puestas en la ministra de Igualdad, Ana Redondo, aunque su salida de la Ejecutiva le ha debilitado.
También buscan que la diputada por Burgos y portavoz de la Ejecutiva, Esther Peña, les respalde aunque siempre ha sido leal a Tudanca. Cuando fue nombrada portavoz federal por primera vez, en los mentideros del partido creían que era una estrategia de Cerdán para debilitar a Tudanca en su provincia natal y, con toda probabilidad, auparla luego como líder regional aunque este plan ya está casi descartado. En Ferraz alguno reconocía que no las tenía todas consigo y creen que Tudanca puede llegar a dar la sorpresa y ganar en las primarias
Aragón, otro problema
Tras muchos dimes y diretes, en el seno del partido ya dan por hecho lo que era un rumor a voces: Pilar Alegría será la candidata a la secretaría general de Aragón. También parece claro que su rival será, con toda probabilidad, Juan Antonio Sánchez Quero, presidente de la Diputación de Zaragoza. Ahora, ambos están gestionando los tiempos, ya que las primarias aragonesas son de las últimas y no se espera que ambos se destapen de manera definitiva hasta finales de diciembre o principios de enero.
Alegría es consciente de que sólo la respaldan en Huesca y que necesita ganarse a los turolenses y sus paisanos zaragozanos. De ahí sus últimos movimientos, al aupar a la Ejecutiva a Manuela Berges, alcaldesa de la localidad zaragozana de Pedrola. También la inclusión en el comité federal del diputado turolense Herminio Rufino Sancho.
Más conflictiva ha sido la inclusión de Teresa Ladredo, alcaldesa de Ejea de los Caballeros, localidad natal de Lambán. Lo que iba a ser una mano tendida a los no afines ha acabado siendo una bofetada tras rechazar su inclusión en el Comité Federal por lealtad a Lambán.
No es el único problema. Los movimientos de Alegría en la Ejecutiva, puenteando al expresidente aragonés que todavía es secretario general del PSOE de Aragón, ha indignado a su federación. Ni Sánchez Quero, por motivos "personales", ni la portavoz del PSOE en las Cortes de Aragón, Mayte Pérez, ni su mano derecha, Carlos Pérez asistieron al cierre del Congreso y optaron por dar plantón en el mitin de Sánchez.
¿Volverá Susana Díaz?
Sánchez tiene problema en la mayor federación del PSOE: Andalucía. Entre los socialistas andaluces hay unanimidad en que Juan Espadas no debe continuar y su actitud en el Congreso del PSOE fue la gota que colmó el vaso al excluir de una comida al líder gaditano.
El problema para Ferraz es que el actual secretario general amaga con volver a presentarse y en la dirección federal no ven otra alternativa.. Su idea es alargar un proceso de interinidad y luego buscar un candidato "potente" para las autonómicas. El deseo, desde hace tiempo, de Sánchez es que sea María Jesús Montero. El problema es que la vicepresidenta, hasta ahora, siempre se ha negado.
Tampoco la oposición a Espadas tiene un candidato definido. La mayoría de alcaldes andaluces, de ciudades pequeñas y medianas, son afines a la expresidenta Susana Díaz que fue la que les puso al frente de su agrupación.
La ahora senadora se deja querer y ya ha advertido durante este Congreso que todavía "es muy joven" y que sólo tiene 50 años pese "estar en el banquillo". El problema es que, entre los militantes, Díaz ya es un rostro del pasado y en Ferraz creen que podría estar amortizado.