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Así trata de blindarse Juana Rivas ante lo que su exmarido considera un nuevo intento de secuestrar a su hijo

Escolariza al menor en España, moviliza a las feministas y recusa a dos juezas, a pesar de las demoledoras sentencias de la justicia italiana.

Escolariza al menor en España, moviliza a las feministas y recusa a dos juezas, a pesar de las demoledoras sentencias de la justicia italiana.
Juana Rivas, en una imagen de archivo | Europa Press

Después de que el Juzgado de Violencia contra la Mujer Número 2 de Granada frenase en seco sus pretensiones, Juana Rivas busca ahora agotar todas las vías posibles para evitar devolver a su hijo Daniel con su padre. A tal fin, no solo ha conseguido movilizar de nuevo a distintas asociaciones feministas, que este mismo martes se han manifestado en más de 20 ciudades españolas para apoyarla, sino que, además, ha decidido recusar a la juez que rechazó las medidas cautelares que solicitaba, apelando al supuesto miedo que el menor tendría a volver con su ex.

Amparándose en esta supuesta confesión, Rivas incluso ha escolarizado al menor en nuestro país, ignorando por completo a la Justicia italiana que, tras más de ocho años de seguimiento del caso, decidió otorgar la custodia en exclusiva de Daniel a Francesco Arcuri, dejando claro que este jamás le había maltratado y que Rivas posee "grandes habilidades manipuladoras".

"Es un signo evidente de debilidad y a nosotros no nos afecta", responde, en todo caso, la defensa del italiano, que sigue reivindicando que el único tribunal competente para decidir sobre este asunto es la Corte de Apelación de Cagliari, quien, tras recibir la misma denuncia que Rivas ha interpuesto en España, ya dictaminó que no presentaba ninguna novedad respecto a lo ya planteado —y archivado— en los últimos años y que, por tanto, el niño debía volver con su padre.

Aun así, sus abogados son conscientes de que Rivas utilizará todos los medios a su alcance para volver a intentar secuestrar al menor. "Su estrategia consiste en, de manera insólita, desestabilizar el proceso en un intento desesperado, buscando un órgano que le pueda ser más favorable, planteando cuestiones que ya han sido reiteradamente superadas, analizadas y desestimadas en los procedimientos regulares en curso, con el simple afán de ganar una batalla mediática", rezaba el comunicado firmado el pasado sábado por los letrados de Francesco Arcuri, quienes denuncian que, a pesar de lo decretado repetidamente en Italia, "la señora Rivas intenta de nuevo sustraer a Daniel de su padre, quien siempre ha tenido la custodia exclusiva del menor".

Una recusación premeditada

El primer paso, pasaría así por alargar el conflicto en España y, para ello, junto a los correspondientes recursos, los abogados de Juana Rivas han optado por recusar tanto a la juez de violencia de género que rechazó las medidas cautelares solicitadas, Aurora Angulo, como a su sustituta, Cristina Cueto. El motivo: la supuesta falta de "imparcialidad" que ambas habrían demostrado al responder a los ataques que ellos mismos les lanzaron la semana pasada.

Tras conocer su decisión, el despacho dirigido por Carlos Aránguez envió un comunicado a todos los medios que empezaba así: "Quédense con este nombre: Aurora Angulo. Es la jueza del Juzgado de Violencia contra la Mujer Número 2 de Granada". Tras ponerla en la diana, el letrado insistía en que "es un hecho gravísimo que una magistrada especializada en violencia de género no comprenda lo que es la violencia vicaria, que consiste en dañar o controlar a los hijos para hacer sufrir a la madre".

Como respuesta a un "ataque personalizado", con nombre y apellidos, más de 100 jueces titulares de juzgados de violencia sobre la mujer sucribieron un comunicado conjunto en el que mostraban su "enérgica repulsa" por esta forma de proceder. Tal comunicado estaba también firmado por las propias aludidas, lo que ha servido ahora a los abogados de Rivas para solicitar su recusación, en un intento por alargar el proceso.

Objetivo: movilizar a la opinión pública

Mientras tanto, su entorno trata de volver a caldear la opinión pública, como ya hiciera hace ocho años, impulsando nuevas concentraciones de apoyo a la de Maracena, a la que, sin embargo, la Justicia italiana ha descrito en varias ocasiones como una mujer "con un funcionamiento psíquico severamente patológico". Bajo el hastag #danielsequeda, este martes se han celebrado distintos actos de apoyo en hasta 20 ciudades españolas: Alicante, Asturias, Badajoz, Boltaña, Cáceres, Cádiz, Cantabria, Castellón, Córdoba, Eibar, Granada, Lérida, Madrid, Málaga, Prats de Lluçanes, Salamanca, Segovia, Santa Coloma de Gramanet, Tarragona, Tenerife, Toledo, Valencia, Valladolid, Vigo, Vitoria y ⁠Zaragoza.

Sus defensores apelan al "miedo terrible" que el menor habría manifestado ante la posibilidad de volver con su padre a Italia; un temor que él mismo habría corroborado ante una jueza de guardia de Granada, en una exploración que, sin embargo, tal y como denuncia la defensa de Francesco Arcuri, ni fue grabada ni cumplió con los protocolos establecidos para estos casos.

Una "conducta cíclica y clonada"

Lo que ignoran estos colectivos es que se trata de una "conducta cíclica y clonada", que se repite cada vez que el menor vuelve de vacaciones a España y de la que el propio Daniel reniega en los tribunales cuando se aleja de su madre. "Me obligó a hacer vídeos, me obligó a decir que quiero vivir allí (en Granada), pero yo no quiero vivir allí, yo quiero vivir aquí", llegó a confesar el menor ante la Justicia italiana, donde también relató a los profesionales que siguen su caso que su madre había aprovechado las vacaciones de verano para llevarle a varias psicólogas para tratar de predisponerle contra su padre.

Al no conseguirlo, una vez que el menor ya estaba en Carloforte, Rivas presentó unas capturas de pantalla de supuestos mensajes de su hijo pequeño, en los que éste le pedía ayuda "frente a una escalada de conductas cada vez más graves" por parte de su exmarido. La jueza rechazó, sin embargo, tales pruebas, tras pedirle a uno de los educadores que hablase con el menor para indagar si era cierto. El niño aseguró entonces "que él no había escrito tales mensajes, que en realidad habían sido escritos por la madre, usando aplicaciones y el sistema de capturas de pantalla para cambiar las fechas".

Con todo, la Justicia italiana corroboró finalmente que Juana Rivas no solo dificulta la "relación afectiva con el padre", sino que, además, "mina la serenidad" de sus hijos, sobre los que ejerce un "profundo daño psicológico". Por eso, con el fin de limitarlo al máximo posible, no solo le otorgó la custodia a Francesco Arcuri, sino que, además, limitó las visitas de la madre, de tal manera que determinó que Rivas podría verle "exclusivamente en Cerdeña" para evitar que le siguiera llevando a psicólogas de parte que pudieran hacerle interiorizar unos malos tratos y unos abusos que la Justicia italiana consideraba que jamás habrían existido.

Precisamente por todos estos antecedentes, se estableció que cuando el menor viajase a España esta Navidad debía hablar todos los días por teléfono con su padre y que, cada dos, la propia Rivas actualizara la situación del menor a la mediadora nombrada por el tribunal civil de Cagliari. Sin embargo, según la defensa de Arcuri, el italiano lleva sin poder hablar con su hijo desde que este puso el pie en España, de ahí las insistentes llamadas que habría efectuado a su exmujer y que le valieron una denuncia por acoso que, sin embargo, ha sido rechazada.

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