En un Gobierno débil como el actual ha empezado a circular un mantra que asegura que es mejor una derrota parlamentaria que perder al grupo Prisa. La guerra desatada en la empresa editora de El País y la SER preocupa en Ferraz y en Moncloa donde en las últimas horas han visto caer a uno de sus más leales, José Miguel Contreras, tras la pretensión de éste de impulsar un canal TDT afín a Pedro Sánchez.
Entre los cercanos a Sánchez ven con inquietud los últimos movimientos de Joseph Oughourlian. No sólo ha conseguido imponer su criterio de rechazar la creación de un canal de televisión, sino que ha forzado la dimisión del jefe de Prisa media, Carlos Núñez, y del director de contenido del grupo, José Miguel Contreras. Ambos cercanos a Moncloa.
En el entorno de Sánchez interpretan estos movimientos como una guerra del empresario armenio, propietario de Amber Capital, y temen que pueda ganar esta batalla. Incluso se aventuran a asegurar que la ha iniciado porque tiene "asideros donde agarrarse". La cuestión es dónde.
Lejos quedan los tiempos en los que la familia Polanco controlaba con mano de hierro el Consejo de Administración. Ahora, Oughourlian tiene la mayor parte con un 29%, le sigue el grupo Vivendi con un 11,7%, y más tarde hasta 9 fondos de inversión y empresarios con acciones que superan el 1%. El movimiento del propietario de Amber de rechazar el negocio televisivo gustaba a los pequeños accionistas que este miércoles hacían subir las acciones de Prisa un 4%. En tiempos de HBO y Netflix, lanzar un canal de televisión, aunque sea con una licencia ya apalabrada, es visto como una temeridad.
Esta batalla vuelve a dejar un regusto agrio en Moncloa donde se echa de menos a Miguel Barroso. El empresario falleció de forma inesperada a comienzos de 2024. El que fuera la otra pata de José Miguel Contreras le complementaba hasta tal punto que llegaron a ser conocidos como "los Migueles" cuando ambos impulsaron la Sexta.
Aunque Barroso, exmarido de Carme Chacón, siempre destacó como el gran cerebro gris. Incluso llegó a ser secretario de Estado de Comunicación y, hasta su muerte, era una de las personas que más influían sobre Sánchez. Su visión estratégica se echa en falta en Moncloa donde achacan los tumbos del discurso del último año a la falta de este asesor áulico y amigo de Zapatero. La pregunta que muchos se hacen es qué pasaría con este nuevo canal si estuviesen ambos Migueles y no sólo uno.
¿Una Prisa más crítica?
El mayor temor en el entorno socialista es que la batalla con Oughourlian se traduzca en un giro en los contenidos editoriales de Prisa. Hasta ahora, El País y la SER han sido leales al Gobierno y se han alineado con Moncloa en los asuntos más espinosos para Sánchez como los negocios de Begoña Gómez o las filtraciones del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
Ahora, temen que la batalla se traslade a las portadas y las ondas aunque sean con leves rejonazos a Sánchez. "Como tenemos tantos amigos...", ironizaban sobre los medios algunos cargos de Ferraz.
A finales de noviembre, justo cuando se inauguraba el Congreso del PSOE en Sevilla, uno de los canales más afines a Sánchez, la Sexta, emitía las imágenes del "nexo corruptor", Víctor de Aldama, en Ferraz. Una exclusiva que reventaba el inicio del cónclave socialista y que era visto como una amenaza velada a Sánchez en una semana en la que la nueva licencia de TDT de Prisa parecía tener nombre: "La Séptima". Algunos cargos socialistas relacionaban esas imágenes emitidas durante todo ese día en la Sexta con el runrún del nuevo canal de TV que podría otorgarse a principios de 2025.
Tras reconducir las relaciones con La Sexta, ahora el mayor temor es que la SER y El País abran con noticias contra el Gobierno. En el grupo parlamentario tampoco parecían muy satisfechos por los movimientos en la planta noble de Gran Vía 32. "Estamos rodeados", lamentaba sobre la situación mediática actual. Un alto cargo del partido expresaba su mayor temor: "Solo tengo miedo de que vuelva Cebrián".