
Francesco Arcuri lograba este viernes recuperar la custodia de su hijo Daniel, tras más de siete meses sin poder convivir con él por la negativa de Juana Rivas a cumplir la orden judicial. La entrega se produjo en el complejo judicial de La Caleta (Granada), en un ambiente tranquilo y sin presencia mediática, gracias a las medidas adoptadas por la juez consecuencia del espectáculo vivido el pasado martes y protagonizado por la propia Rivas.
"El niño se iba muy, muy contento. Y muy cansado también, pero iba contento", aseguró entonces el abogado de Arcuri, Enrique Zambrano, quien destacó que todo se desarrolló "mucho mejor de lo esperado" una vez apartado el "elemento disruptor" —en referencia al entorno de Rivas, que se enfrenta ahora a una nueva investigación por un posible delito de sustracción de menores—.
Este sábado, en una entrevista en La Trinchera de Llamas de esRadio, el abogado ha vuelto a reiterar que Daniel se encuentra "perfectamente" y ha insistido en que, lejos del relato construido por el entorno de Rivas, la relación del menor de 11 años con su padre estuvo "completamente normalizada" desde el primer momento. "Era un niño con su padre hablando del fútbol, de su novieta...", ha asegurado visiblemente emocionado por "después de tanto recorrido ver que en cuanto lo dejaron solo, el niño aceptó a su padre".
Para el abogado, lo que ocurrió el viernes en La Caleta no fue una casualidad, sino la prueba de cómo la presión del entorno de Rivas había condicionado al menor durante meses. De hecho, ha apuntado directamente al hijo mayor de Rivas, a quien ha descrito como "un soldado". Sobre este, ha confesado que para su cliente la ruptura con él ha sido tan dolorosa como "un luto". "Siempre que nombro la palabra Gabriel, tiene que parar porque no podemos seguir hablando", ha dicho.
Preguntado por las posibles consecuencias penales para Rivas, Zambrano ha rescatado el informe de Instituciones Penitenciarias que permitió su indulto parcial. En él, Rivas afirmaba estar arrepentida y aseguraba "que si volviera a suceder no volvería a hacer lo mismo". "Yo lo voy a utilizar", ha adelantado el abogado.
Zambrano ha asegurado que ni él ni Arcuri buscaron en ningún momento crear "un circo político" en torno al caso. De hecho, ha revelado que su cliente desconocía el alcance mediático que todo esto estaba teniendo en España hasta su llegada. En esta línea, ha señalado a figuras como Paqui Granados —la asesora de Rivas y a quien comparó con el funcionamiento de "una secta"— o a altos cargos del Gobierno central, que, a su juicio, han alimentado públicamente este show. "La ministra de Infancia y Yolanda Díaz han nombrado a mi cliente maltratador cuando no tiene una condena", ha denunciado.
En respuesta a si emprenderán acciones legales contra los miembros del Ejecutivo de Pedro Sánchez que han difamado a Arcuri, Zambrano no lo ha descartado, aunque ha sido prudente: "Yo creo que hay que hacerlo, pero tengo dos pies y dos manos".
En cuanto al régimen de visitas de Rivas, Zambrano ha explicado que, en teoría, tendría derecho a ver a su hijo durante 15 días en agosto, pero únicamente en territorio italiano. No obstante, la ejecución de esas visitas dependerá ahora de los informes psicológicos que se practiquen al menor. "Lo van a explorar, van a ver en qué estado está", ha señalado. A partir de ahí, será la fiscalía de menores de Cagliari la que podría actuar de oficio para restringir o revisar ese derecho.
En el final de la conversación, el abogado ha restado importancia a la denuncia pendiente que tiene Arcuri en Italia recordando que Rivas presentó hasta 15 denuncias, de las cuales 11 fueron archivadas, incluida la "famosa del 2016". Explica así que las cuatro restantes quedaron en el aire por un cambio de fiscal, aunque ahora se tramitan sin nuevas pruebas. "Las pruebas que hay son las que hay. O sea, no hay más", ha afirmado. De hecho, ha concluido, el decreto que devolvió la custodia del pequeño Daniel a Arcuri ya las evaluó y concluyó que eran fruto de "la febril imaginación de Juana Rivas y su entorno".
