
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pasado unos días de vacaciones en la Residencia Real de La Mareta, en Teguise (Lanzarote), desconectando del angustioso curso político en el que su Gobierno ha cedido en numerosas negociaciones con los separatistas vascos y catalanes para seguir en La Moncloa. Sin embargo, este edificio no está considerado como una residencia vacacional para el jefe del Ejecutivo, sino un lugar destinado a la "promoción turística" de España.
Así consta en el documento de cesión firmado entre Patrimonio Nacional y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en 2015. En este se explica que la residencia era cedida a esta cartera del Gobierno "por expreso deseo de SM el Rey" y con el objetivo de servir y defender a "los intereses turísticos de España", para lo que se ponía la residencia a disposición de la Secretaría de Estado de Turismo.
En este mismo documento, Patrimonio Nacional se comprometía a tomar las medidas estructurales necesarias para que La Mareta estuviese preparada para el "desarrollo de los actos —turísticos— propuestos" supervisando y autorizando las instalaciones que el Ejecutivo quisiese desarrollar en el edificio como los aforos que debía poder tener el espacio en los mencionados actos. Una labor que se dejaba abierta para que otras instituciones pudieran realizar actos promocionales allí, haciendo mención al Gobierno de Canarias.
Además, el acuerdo especifica que sería la Secretaría de Estado de Turismo la que "compensará" a Patrimonio Nacional por "los días de utilización y en concepto de costes estimados de suministros, servicios y medios propios", aparte de proceder a la contratación de los "servicios específicos necesarios para la realización de los distintos actos". El convenio fue firmado en la misma residencia por el entonces titular de la cartera de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria López, y por el que fuera presidente de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán y de la Serna.
Vacaciones, también para el cuñado
En este sentido, no cabría la utilización de la Residencia Real de La Mareta —cuya parcela tiene más de 30.000 metros cuadrados— para el uso vacacional al que ha sido dedicado el edificio en los últimos años por parte del líder del PSOE. Aun así, el secretario general de los socialistas ha pasado los últimos días de vacaciones en la residencia junto a su familia, incluyendo sus padres; su esposa, Begoña Gómez —a la que han imputado un nuevo delito durante sus vacaciones—; sus hijas; y hasta su cuñado, hermano de su mujer, y la esposa del mismo, según OKdiario.
Si bien es cierto que el jefe del Ejecutivo podría excusarse en que no es el primer presidente en utilizar La Mareta como residencia vacacional —antes pasaron Felipe González y José María Aznar brevemente y José Luis Rodríguez Zapatero más extensamente—, es el único que lo ha hecho después de firmarse el tratado, que tiene fecha de 2015. Es decir, antes no estaba regulada expresamente la finalidad del cortijo, por lo que era usado por la Casa Real y algunos líderes políticos, que combinaban usualmente el trabajo y el placer. De hecho, la única vez que Aznar lo usó como residencia vacacional fue en 1997 aprovechando que había asistido a un Consejo de Ministros celebrado en Tenerife.
La historia de La Mareta
La Residencia Real de La Mareta ha sido escenario de situaciones importantes para la historia reciente de España. La construyó el Rey Hussein de Jordania sobre una mareta, como llaman los lanzaroteños a los aljibes en los que el ganado bebe agua, a finales de los años 70. Alrededor de una década más tarde, este decidió regalársela al Rey Juan Carlos I por la buena relación que tenían ambas casas reales.
Sin embargo, como el monarca no podía aceptar regalos de ese estilo y tenerlos a su nombre, este decidió cederla a Patrimonio Nacional para que pudiese ser usada también por el Estado, aunque la Casa Real también la utilizaba asiduamente como residencia vacacional y como estancia para actos oficiales que tuvieran lugar en las Islas Canarias.
Fue allí donde la Familia Real pasó el luto tras la muerte del padre de Juan Carlos, Don Juan de Borbón, también conde de Barcelona. Más tarde, el destino quiso que María de las Mercedes de Borbón y Orleans falleciese en La Mareta el día 2 de enero de 2002. La Familia Real había ido a pasar fin de año a la residencia canaria y la madre de Juan Carlos I sufrió un infarto que la dejó sin vida a los 89 años de edad.
Residencia de Gorbachov
El que fuera Príncipe de Asturias, el ahora Felipe VI, también usó La Mareta para presentar allí a su primera hija, la ahora princesa de Asturias y por entonces la Infanta Leonor, tras su nacimiento en 2005. Fue la primera vez que España vio los ojos de Leonor, fotografiada recién nacida en los jardines de la Residencia Real de Teguise durante las vacaciones de Navidad.
En la residencia también se han hospedado mandatarios de otros países como el expresidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov; el canciller alemán Gerhard Schröder; el presidente checo Václav Havel; o el presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev.
¿Es legal?
Cuando Felipe VI accedió al trono a causa de la abdicación de Juan Carlos I en un contexto polémico alentado por las supuestas actitudes inmorales del exmoncarca al frente de la Casa Real, decide que Patrimonio Nacional ceda La Mareta al Ministerio de Turismo con el único objetivo de que sea utilizada para la promoción turística española y no como residencia vacacional.
Por lo tanto, aunque no existe una norma concreta que prohíba el uso de la residencia para las vacaciones del jefe de Gobierno, se podría decir que este incumple el convenio entre Patrimonio Nacional y el Ministerio de Turismo, ahora en manos del socialista Jordi Hereu.



