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Tito Berni, Ábalos, Monedero, Errejón o Salazar: la omertá de la izquierda ante los escándalos de acoso sexual

Entre las formaciones de izquierda parece operar un pacto no escrito de contención mutua ante los casos de acoso.

Entre las formaciones de izquierda parece operar un pacto no escrito de contención mutua ante los casos de acoso.
Errejón dice que la denuncia de Mouliaá es "falsa" | LD/Agencias

La omertá que parece imperar dentro de los partidos de izquierda, donde la protección de los cargos y la imagen del partido a menudo se antepone a la defensa de las víctimas, adquiere especial relevancia con el caso que sacude al PSOE. Tito Berni, José Luis Ábalos, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón o Paco Salazar son ejemplos de cómo los mecanismos internos de denuncia y los protocolos de igualdad o de prevención del acoso en los partidos políticos suelen quedar reducidos a meras formalidades. En la práctica, las denuncias se diluyen mientras la cúpula política mantiene un estricto silencio, buscando minimizar el impacto mediático y preservar su reputación.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha reproducido el mismo patrón en los casos que le afectan: desvincular al Ejecutivo de la trama antes que esclarecer los hechos. Sus socios de investidura han seguido sus mismos pasos. Sumar con Íñigo Errejón y Podemos con Juan Carlos Monedero priorizaron la preservación de sus estructuras internas sobre la defensa de las víctimas bajo la bandera del feminismo.

En el caso Tito Berni, se destapó que Juan Bernardo Fuentes Curbelo, entonces diputado socialista y previamente vinculado al Gobierno de Canarias de Ángel Víctor Torres mediante la Dirección General de Ganadería, operaba junto al denominado mediador, Antonio Navarro Tacoronte, en una presunta trama que cobraba mordidas a empresarios a cambio de adjudicaciones públicas. Para cerrar estos acuerdos, habría utilizado cenas y fiestas con prostitutas, además de consumo de drogas y alcohol, como mecanismo de soborno.

El Gobierno trató de esquivar la polémica asegurando que la trama debía ser investigada por la justicia y que, "las acusaciones afectaban a personas individuales", no al partido como entidad. Mismo argumento que se repite en el caso Koldo, donde se intenta acotar la trama a solo tres nombres: José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García.

Tras el "soy feminista porque soy socialista" de Ábalos, en junio salieron a la luz audios con su exasesor Koldo García en los que hablaban de repartirse mujeres. "Si vienen de aquí, tienes a Ariatna y a la colombiana nueva", le propuso Koldo. "No sé, la Carlota se enrolla que te cagas", respondió Ábalos. Las grabaciones provocaron indignación entre socialistas feministas, pero no generaron ninguna reacción contundente del Ejecutivo, más allá de que el presidente del Gobierno expresara su "repugna" y decir recientemente que esa faceta del exsecretario de Organización le era "desconocida".

La incoherencia entre el feminismo y la reacción de los partidos de izquierda con supuestos casos de acoso sexual, es también evidente en el caso Errejón donde Yolanda Díaz encadenó explicaciones contradictorias mientras el PSOE optaba por mirar hacia otro lado pese a la existencia de denuncias contra el entonces portavoz parlamentario. Tampoco fue firme la reacción de Podemos con Juan Carlos Monedero que ha vuelto a dar clase en la Universidad Complutense mientras continúa la investigación por acoso sexual a varias alumnas después de que la Fiscalía archivase una denuncia.

Entre las formaciones de izquierda parece operar un pacto no escrito de contención mutua ante las investigaciones por casos de acoso pese a su discurso feminista. No atacar para no ser atacado y que las denuncias que puedan aparecer y afectar a sus filas se puedan disipar.

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