
La líder de Aliança Catalana y alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, ha irrumpido en Barcelona con una iniciativa para reforzar su imagen separatista. Voluntarios de su partido han recorrido la capital catalana a la búsqueda de irregularidades en la rotulación de los comercios y han denunciado a más 700 establecimientos.
La iniciativa de señalamiento y delación lingüística es la primera decisión "estratégica" de Aliança Catalana para su asalto a Barcelona, donde ya dispone de una sede. Orriols quiere conquistar la capital catalana en las próximas elecciones municipales, aunque aún no ha encontrado un candidato que asuma la encomienda. Jaume Giró, exdirectivo bancario y exconsejero de Economía de la Generalidad a propuesta de Puigdemont, rechazó el ofrecimiento.
URGENT: Salvem el Català amb @CatalunyaAC
Denunciem més de 700 establiments de la ciutat de #Barcelona per incompliment de la normativa lingüística!
Davant la deixadesa de funcions de la Generalitat, des d’Aliança catalana treballem per garantir els drets dels catalans! pic.twitter.com/0xAHHEFJ0t
— Aliança Catalana Barcelona (@Barcelona_ACat) December 27, 2025
La campaña de Orriols lleva por título "Salvem el català" y presume de ser un "proceso de denuncia masiva" contra más de setecientos establecimientos que según los "ojeadores" del partido separatista "incumplen la obligación legal de tener la rotulación en catalán".
Perfil independentista
"La lengua es un derecho y la ley es clara, ninguna empresa puede operar en Cataluña sin respetarla", apunta el partido que amenaza con ocupar el espacio de Junts, según todos los sondeos publicados hasta la fecha. Una encuesta de la Generalidad advertía de que Aliança Catalana podría pasar de los dos escaños en el Parlament a 19-20, los mismos que la formación de Puigdemont.
El partido de Orriols atrapa voto no sólo de Junts y ERC, sino de formaciones como el PP y Vox. El perfil marcadamente independentista e hispanófobo de Aliança Catalana pesa menos que su discurso contra los inmigrantes de origen magrebí, contra la inseguridad y contra postulados de la izquierda. No obstante, Orriols se esfuerza en que se note que es muy independentista. Por ejemplo, se niega a hablar en español en público.
La denuncia contra más de 700 comercios es un paso más en ese intento por acentuar el perfil separatista.

