Escrache. Que localismo sudamericano más feo, malsonante y de connotaciones tan negativas. Usemos nuestro castellano para definirlo: romper, destruir, aplastar, escupir en la cara...(+)

amedrentar, injuriar, lichar, etc. Son todos sinónimos de "escrachar".

"escrachar.

1. tr. coloq. Arg. y Ur. Romper, destruir, aplastar.

2. tr. coloq. Arg. y Ur. Fotografiar a una persona".

Pero como hay que definir en un solo término todas esas palabras, usemos "sorrostradar".

sorrostrada.

(De so3 y rostro).

1. f. Insolencia, descaro, claridad.

dar ~.

1. loc. verb. Decir oprobios, echar en cara algo que dé pesadumbre.

La chusma totalitaria, analfabeta, tercermundista de izquierdas española, siempre trata de igualarnos por lo bajo, es decir, por regímenes totalitarios tercermundistas como lo son las repúblicas bananeras sudamericanas, entre muchas otras. Y por eso siempre copian lo peor, lo antidemocrático, lo totalitario, lo violento.

Wikipedia lo explica muy bien:

http://es.wikipedia.org/wiki/Escrache#Estudio_del_escrache_en_la_escuela_p.C3.BAblica

En Buenos Aires, en las escuelas, se estudia como una forma totalitaria de agresión pública o linchamiento público:

"el escrache (sirve) para amedrentar, para quitar libertad o como forma de intolerancia, prejuicio o discriminación es uno de los males de la sociedad. Los alumnos deben reflexionar y sacar conclusiones para entender que los conflictos se resuelven en la Justicia y no con un escrache. Y si no toco ese tema en el aula es imposible llegar a ese punto. Quiero que los padres sepan que yo sancionaría a un docente que enseñe cómo se hace un escrache".

"Es la versión politizada de la patota. La patota y el patotero son dos versiones canallas de la vida cotidiana. El escrache es lo mismo que la patota con la sutil diferencia de que los patoteros en este caso se justifican invocando una razón política. El patotero y el escrachador no son diferentes en lo que importa, es decir en el ejercicio de la violencia alevosa y cobarde. Lo que distingue a uno de otro es la retórica disfrazada de ideología (...) Sin dudas, desde cualquier punto de vista, la actitud cobarde de juntar fuerzas para insultar a alguien en situación de vulnerabilidad, en su hogar, debe ser repudiada (...) El patotero supone que sus acciones no tienen nada que ver con la política; el escrachador se justifica a sí mismo invocando argumentos políticos que transformarían un acto cobarde y miserable en una causa justa. Desde el punto de vista estrictamente político, el escrachador es más peligroso que el patotero porque uno viola el Código Penal mientras el otro viola la convivencia social".

"Los escraches, provengan de donde sea, son una metodología propia del fascismo que nada tiene que ver con la democracia. El escrache es un método de un autoritarismo atroz, despiadado y repleto de violencia" agregando que "esta metodología era propia de los peores regímenes totalitarios, quienes “escrachaban” a sus víctimas, las “marcaban” para denigrarlas y atormentarlas. En la historia más reciente, los escraches se utilizaron en España, durante la guerra civil y la dictadura de Franco. Allí, los fascistas marcaban a los republicanos. También en plena época del nazismo, en donde se escrachaban primero a los judíos y con el correr de los tiempos se generalizó a homosexuales, gitanos, lesbianas, mendigos, entre otros integrantes de la sociedad “rechazados” por los seguidores del dictador. Hay importantes y muy buenos escritos sobre la condición de autoritarismo expreso del sentido de escrachar, en donde los escrachadores gozan de su poder de fuego contra las víctimas".

"el escrache se opone a toda ética de la memoria, ya que es un mecanismo político usado por el poder genocida para identificar, clasificar y matar a millones de personas. Sólo por eso, la legitimación del escrache es un acto que niega la historia y el padecimiento atroz de las víctimas, y ofende a quienes creemos que los crímenes de lesa humanidad jamás prescriben. No sólo debe repudiarse a los genocidas, también deben repudiarse sus métodos, estrategias y tácticas. Adoptar sus prácticas desvirtúa la esencia de la justicia y lesiona la vigencia de los derechos humanos".

"El 'escrache' es un acto de violencia moral contra personas o instituciones. Es un arma definitivamente inconciliable con el respeto de la dignidad del otro y, muchas veces, un ataque a su propia intimidad".47 Por su parte Aníbal Fernández, Jefe de Gabinete de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, manifestó tener "una posición al respecto de lo que significan los escraches, sea a la señora Mirtha Legrand, sea a un dirigente de derecha, de izquierda o del hiperespacio: cualquier gesto de esas características tiene un tinte pseudo nazi".

Y en España:

"La Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria considera que "es delito intimidar en el domicilio a una persona o a sus familiares, o hacer una concentración en el domicilio. Eso es una coacción" y aprecia "indicios delictivos" en los escraches.53 Según algunos juristas, algunas afirmaciones realizadas contra los políticos durante los escraches serían constitutivas de delitos contra el honor o la dignidad personales o posibilitarían una demanda de protección civil del honor".

Efectivamente, es pura violencia utilizada por regímenes totalitarios, como muy bien dicen por ahí (Deveraux), es lo que utiliza por ejemplo el régimen castrista, el chavismo, iraní, norcoreano, etc...Nada que ver con la democracia.

Y además se utliza única y exclusivamente contra un solo partido político.

Usemos las palabras correctas de nuestro rico castellano y dejémonos de copiar "palabros" y formas que nos son extrañas y vulgares, a parte de malsonantes.

La cabecilla de los violentos de ultraizquierda es lo que es, una terrorista, porque busca causar terror en una sola dirección. Por eso apoyan a ETA, al mundo aberchale y al nazionalismo, porque todos ellos son hijos del mismo Dios: el totalitarismo salvaje e inhumano. Ellos no tienen cabida ni en la Constitución, ni en la democracia ni por supuesto en España. ¡¡Que se vayan a Corea del Norte!!.