¡Esta ático sí que mola! +

El tema del honor era o es más bien una cuestión de que te pillen o no en tu deshonor. Si este deshonor era mostrado públicamente, entonces sí. Y muchas veces se arreglaba con un reto a muerte: el que moría no tenía la razón. El honor, y por tanto la vergüenza, se tapaban. Una afrenta al honor era besar a la hija de fulanito, otra era el insulto o el menosprecio a un superior, otra era simplemente contestar a una orden.

Los relatos caballerescos, son eso, relatos románticos.

El guerrero japonés practica el sepuru, cuando su conciencia se lo dicta. Hasta cierto punto fue una idealización y según el concepto de honor: cuando un esbirro traicionaba o fallaba a su señor, se le obligaba al harakiri. Si él lo hacía directamente, sin orden alguna, mejor. Pero no tenía que ser por altos ideales, evidentemente.

El honor se presuponía, etc. Pero los relatos caballerescos, no eran si no idealizaciones. Muchos se podrían comportar bajo un código de honor determinado, pero otros muchos no.

Por ejemplo, ¿qué honor puede tener la Casa de Alba, cuando la mayor parte de las tierras y bienes ganados en las américas, lo eran por esta justicia?:

Un señor tenía unas tierras, no existían notarios, ni documentos, si no la palabra, que además tenía que ser atestiguada. Venía el poderoso duque de Alba, con doce nobles y decía: "Esta tierra es mía". Y se quedaba con ella. Da igual si le daba al agricultor tres coronas, nada o le amenazaba con la muerte, en cualquier caso, doce nobles y el duque de Alba decían que esas tierras les pertenecían. Luego se encargaron por supuesto de ponerlo por escrito.

¿Dónde está el honor de caballero de la sangre azul?.

No, era como ahora. "La ballesta no tiene honor, un caballero puede ser derribado por un vulgar campesino a metros de distancia". Y pregunto yo: ¿Qué honor tenía un caballero rico, de espléndida y fortísima armadura, entrenado en las armas desde niño frente a un labriego que portaba una hazada?.

No, el honor, se tiende a presuponer, pero unos lo tienen y otros no. Fue un idealismo romántico, que es más bonito que la realidad.

Usted no es el único caso de idealismo romántico. Existe en todos los países. Sin ir más lejos, mi propio padre pensaba de esa manera....Hasta yo mismo si me apura. Pero comprender la realidad del mundo, su mecanismo de funcionamiento, es más importante. Y ahí no hay honor: ni en la guerra ni en los negocios.