Ante la experiencia de las presidenciales del pasado día 7 de noviembre, dirigentes legislativos, como los demócratas Richard Gephardt y Robert Menéndez, sostienen que una reforma del sistema electoral estadounidense, que data de 1804, es evidentemente necesaria. Si gana el estado de Florida y sus 25 votos electorales, el republicano George W. Bush se convertirá en el cuarto presidente en la historia de EEUU que no logró el voto popular.
"Se debe comenzar a estudiar este asunto en enero, cuando comience el nuevo Congreso. No debemos esperar a las presidenciales de 2004", dijo Menéndez, número cuatro de la minoría en la Cámara de Representantes. Para Gephardt, líder de la minoría en la Cámara baja, no es sólo urgente permitir que en futuras elecciones el voto popular decida la presidencia de EEUU, sino revisar otros aspectos del proceso de votación. "Necesitamos cambiar el día de votación, para que no sea un martes, sino durante el fin de semana y que permita que se vote durante el sábado y domingo, además de que se cierren los colegios electorales al mismo tiempo", sostuvo Gephardt.
Menéndez apoyó examinar el colegio electoral, pero no está decidido a abolirlo, ante el temor de que los estados de poca población no se tomen en cuenta durante las presidenciales, ni siquiera para la selección de los candidatos a la Casa Blanca. "La revisión debe incluir revisar las hojas de votación, máquinas y el proceso en general, para asegurar que ninguna persona sea discriminada, como han dicho afroamericanos y latinos en algunas partes del país, por razón de su idioma", dijo.
La incertidumbre sobre los comicios de la semana pasada en EEUU ha provocado críticas contra el anticuado sistema del colegio electoral, que distribuye sus 538 votos entre los estados, a base de su representación legislativa, y la capital estadounidense. La voz de alerta la dio la semana pasada la senadora electa por Nueva York, la primera dama Hillary Clinton, quien advirtió que "somos una nación muy diferente a la que existía hace 200 años", cuando se estableció el colegio electoral.
En 1969, la Cámara de Representantes aprobó una resolución en favor de abolir el colegio electoral, pero la medida fue derrotada en el Senado. Hace dos años, la Cámara de Representantes examinó una resolución del representante republicano Ray LaHood (Illinois), que tenía el apoyo de un grupo de sus colegas pero que nunca fue aprobada, para prescindir del colegio electoral. LaHood propuso, además, elegir al presidente por medio del voto popular, con una mayoría de al menos el 40 por ciento. Si ningún candidato obtuviera ese porcentaje, los dos más votados irían a una segunda vuelta.
La Constitución de EEUU establece que es necesario que dos tercios del Senado y la Cámara de Representantes propongan una enmienda a la ley suprema del país. La otra alternativa es que la iniciativa sea propuesta al Congreso por dos tercios de las legislaturas estatales, lo que obligaría a los legisladores a convocar una asamblea constituyente. En ambos casos, la propuesta enmienda deberá ser ratificada por tres cuartas partes, 38 de los 50 estados, de las legislaturas o convenciones constitucionales estatales.

ANÁLISIS ELECTORAL
La Constitución de EEUU dificulta la reforma electoral
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