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Un cardenal del cónclave vació el minibar creyendo que era gratis: "Cuando le llegó la factura se molestó"

El arzobispo Anselmo Guido Pecorari relató al Corriere della Sera una curiosa historia del cónclave que eligió al papa Francisco.

El camarlengo del Kevin Farrell sella la habitación del Papa Francisco en Santa Marta, donde se quedan los cardenales a dormir durante el cónclave. | EFE

Hoy miércoles 7 de mayo comienza el cónclave en el que se elegirá el próximo pontífice, tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril. En cónclaves anteriores, han sucedido diversos acontecimientos curiosos que se han quedado grabados en la historia por su rareza y simbolismo.

Por ejemplo, un encierro extremo en el siglo XIII, cuando los cardenales electores fueron encerrados sin médicos ni limpieza durante tanto tiempo que incluso un cardenal falleció antes de conocerse la votación final. Tras 70 días de encierro, en el año 1241 lograron elegir a un Papa.

Asimismo, el cónclave más largo de la historia sucedió tras la muerte de Clemente IV, en una elección papal que duró casi tres años (1268–1271). Los ciudadanos desesperados quitaron el techo del palacio para "dejar descender al Espíritu Santo".

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Sin embargo, también hay historias recientes que despiertan el interés de los más curiosos. Es el caso de la anécdota que ha destapado la prensa italiana unos días antes de que comenzase el cónclave.

Una invitación con factura inesperada

El arzobispo jubilado Anselmo Guido Pecorari, de 79 años, ha contado al diario Corriere della Sera una historia que ocurrió en el cónclave en el que se eligió al papa Francisco. Aunque las votaciones tienen lugar en la Capilla Sixtina, es en la Casa Santa Marta –el lugar de residencia del papa Francisco– donde los cardenales se hospedan, comen, rezan y charlan hasta que se anuncia la esperada fumata blanca.

"Es como un hotel y por eso hay que tener cuidado", ha declarado el arzobispo Pecorari. En una de esas noches donde ya había terminado la votación, los cardenales regresaron a la residencia y ahí comenzó la anécdota de uno de los electores. "No puedo decirles su nombre porque es un querido amigo mío, pero un cardenal extranjero pensó que todo era gratis e invitó a algunos amigos a su habitación para charlar después de la cena", ha contado al medio italiano el arzobispo.

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"Los cardenales se terminaron todos los licores del minibar. Entonces encontró la factura en su cuenta y se molestó", ha asegurado sin revelar la identidad de su amigo. El purpurado invitó inocentemente al resto de cardenales pensando que estaba todo incluido y se terminó llevando una sorpresa al día siguiente cuando encontró el dinero descontado en su cuenta.

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