La actual campaña electoral en Bolivia ha sido una de las más discretas de los últimos procesos, posiblemente por la inmensa ventaja que tiene Evo Morales en todas las encuestas realizadas en las últimas semanas.
Son unos seis millones de bolivianos los que están convocados a las urnas este domingo 12 de octubre para las presidenciales, en una jornada donde no se espera ninguna sorpresa de última hora. Los últimos sondeos le dan a Morales una enorme ventaja: todas las empresas encuestadores apuntan a una victoria del presidente con casi el 60%, muy por encima del diputado opositor Samuel Doria Medina, con un 20%, y el expresidente Jorge Quiroga que ronda el 9%.
Morales, candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), hizo llamamiento a los ciudadanos a que acudan de forma masiva a votar en las elecciones con el fin de dar mayor "legitimidad" al proceso, aunque voten por alguno de sus rivales y no a favor de su reelección: "Convoco al pueblo boliviano a que el próximo domingo vaya a participar, aunque voten contra Evo pero vayan a votar (…) Que expresen su vocación democrática y que el lunes siguiente digamos que el 97 o 98 por ciento ha participado. Sería una gran alegría, ese es mi deseo que hay democracia y participación del pueblo boliviano".
Como es más que evidente, la fecha de las elecciones fue elegida con mucha intención y por eso el presidente dijo que "este 12 de octubre de 2014 va a ser una liberación democrática, una liberación para una descolonización y una liberación para que nosotros mismos nos gobernemos definitivamente, será una liberación definitiva".
En Bolivia el voto es obligatorio y al depositar en la urna su sufragio, cada elector recibe un certificado que deberá presentar para realizar cualquier trámite en instituciones públicas y en la banca en los 90 días posteriores a los comicios. El que no lo haga tiene 30 días para justificar su ausencia en las urnas y obtener un "certificado de exención", o pagar una multa equivalente a unos 57,4 dólares (unos 45 euros).