La herencia política que dejó Hugo Chávez en Venezuela parece ir desapareciendo poco a poco ante la total ineficacia del actual régimen chavista encabezado por Nicolás Maduro y acompañado por otros representantes como Diosdado Cabello.
Buena prueba de ello es una economía por los suelos, con escasez de productos de primera necesidad, una inflación que crece cada mes, y con noticias tan absurdas como que Venezuela, uno de los principales productores de petróleo del mundo, comienza ya a importar crudo de Argelia. El país está inmerso en una importante crisis social y política que no parece tener solución.
Otro dato que también demuestra el mal momento de Maduro es el bajo índice de popularidad recogido por la última encuesta de la consultora Datanálisis, el peor dato histórico del presidente venezolano. La popularidad del presidente se ha desplomado 5,2 puntos hasta el 30,2%, En la misma línea, el 67,5% de los interrogados se muestra en contra de Maduro, mientras que el 68,1% aboga por que sea expulsado del Palacio de Miraflores mediante un referéndum revocatorio que podría celebrarse en 2016.
Sin embargo, la oposición, que tiene a varios de sus líderes acosados por la justicia chavista, tampoco mejora sus datos. Así, Henrique Capriles, líder de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), tiene un 46,4% de los venezolanos en contra y un 42,1% a favor. El candidato presidencial tiene un índice de aprobación menor que Leopoldo López –preso desde el pasado 18 de febrero en una cárcel militar– que tiene un 45,6% de apoyos.