
Ya son 17 los fallecidos en la ola de violencia golpista que está sufriendo Perú tras la destitución de Pedro Castillo, después de que sólo en las últimas horas hayan muerto nueve personas, siete en el departamento de Ayacucho y dos en La Libertad.
En las últimas horas se han agravado unos disturbios que empezaron en el sur del país y se han extendido ahora a otras regiones, obligando al nuevo ejecutivo presidido por Dina Boluarte a recurrir al ejército y a la declaración de estado de emergencia.
Hasta ahora los alborotadores han bloqueado gran cantidad de carreteras, atacado infraestructuras ferroviarias y energéticas y ocupado varios aeropuertos, cinco en el momento en el que escribimos esta líneas. El primero de ellos fue el de Andahuaylas, en Apurímac y después se han sumado el Aeropuerto Internacional Alfredo Rodríguez Ballón de Arequipa, que es el tercero del país; el Alejandro Velasco Astete de Cuzco, uno de los centros turísticos de Perú; el Inca Manco Cápac, de Puno.
El último en ser ocupado ha sido en el que se han registrado los siete fallecidos en las últimas horas, el Alfredo Mendivil Duarte de Ayacucho, donde ha habido duros enfrentamientos con las fuerzas del orden. Además, 52 personas han resultado heridas y están siendo atendidas en centros hospitalarios de la zona.
Violencia desde el lunes
En el primero de ellos el asalto se produjo el pasado domingo once y los alborotadores no sólo incendiaron parte de las instalaciones, sino que tomaron como rehenes a trabajadores, pasajeros y personal policial.
En Arequipa los hechos se registraron el lunes 12 y la intervención policial impidió la toma del aeropuerto pero, según ha comunicado la compañía que lo gestiona, "la grave afectación que ha sufrido la infraestructura aeroportuaria como consecuencia de los actos de violencia" mantienen cerrado el aeródromo.
En su comunicado la compañía explica que más de la mitad de las luces de pista habían resultado dañadas y no estaba operativas y también se habían dañado o robado cables y cajas de conexión, entre otros, además de romper la valla exterior.
La suma de todos los cierres aeroportuarios ya habría afectado a unas 50.000 personas. Además, en Cuzco a este cierre del aeropuerto se le ha sumido la suspensión de varias líneas ferroviarias, lo que junto con violentos piquetes en las afueras, mantienen a la ciudad, la séptima mayor del país, prácticamente incomunicada.
Pero las complicaciones no se restringen a Cuzco, por supuesto: los cortes en las carreteras, de hecho, están suponiendo ya problemas de suministros básicos en varios puntos del país.
Atacan medios de comunicación y edificios públicos
Los actos de sabotaje y violencia no se han limitado a las infraestructuras de transporte: la turba ha apedreado e incendiado edificios oficiales como en Apurímac, donde pegaron fuego a la sede del Ministerio Público o una comisaría. En Lima se atacó también la sede de la Fiscalía, lo que llevo a duros enfrentamientos con la Policía
Igualmente, se ha intentado tomar instalaciones esenciales: en Huancavelica varios cientos de personas intentaron tomar una estación eléctrica y antes habían apedreado las sedes del Poder Judicial y del gobierno regional.
Asimismo, tras su papel de oposición a Castillo y durante el golpe, los medios de comunicación han sido objetivo de los violentos. Numerosos periodistas han sido atacados por todo el país y en la capital los manifestantes intentaron atacar, en un movimiento planificado por los agitadores de las protestas, las sedes de dos cadenas: América Televisión y Panamericana Televisión, a la primera de las cuales no lograron llegar porque , pero
Viejos conocidos de la Policía
Presentadas como protestas espontáneas, la realidad es que las primeras investigaciones policiales apuntan a un movimiento perfectamente orquestado y organizado, que en realidad tiene escaso apoyo popular –se calcula que sólo unas 8.000 personas han participado en las manifestaciones–, y detrás del cual están las estructuras vinculadas a Sendero Luminoso que auparon a Carrillo al poder presentándolo con la pantalla de Perú Libre.
La Policía ha identificado a una serie de agitadores profesionales, muchos con acusaciones o investigaciones por terrorismo previas y prácticamente todos con vínculos con Perú Libre y Movadef –el movimiento presuntamente social que son en realidad herederos de Sendero Luminoso– y que forma parte de la estructura política y electoral que llevó a Pedro Castillo a la presidencia.
Los medios de comunicación se han hecho eco de la presencia de estos activistas, e incluso corre por Perú un documento en el que se identifica, con imágenes tomadas durante las protestas, a diez cabecillas de las manifestaciones que tienen vínculos de diverso tipo con el entorno de Sendero Luminoso y, desde luego, con obediencia política a la izquierda más radical en la que sigue apoyándose Pedro Castillo y de la que salen todos sus defensores.
En este sentido, una noticia llamativa es la desarticulación, este mismo jueves, de una caravana de decenas de vehículos con activistas que se dirigían a Lima desde la región del Vraem. En ellas se encontraron lanzas y hondas preparadas para enfrentamientos con la Policía.
Coordinación internacional
Las revueltas en el interior coinciden con la respuesta prácticamente coordinada de todos los gobiernos de ultraizquierda de Sudamérica, que han corrido a alinearse con el golpista Castillo y, lo que es muy inusual desde el punto de vista diplomático, Argentina, México, Colombia y Bolivia incluso han llegado a emitir un comunicado conjunto en el que hablan de Castillo como "presidente" y lo califican de "víctima de un antidemocrático hostigamiento".
Los gobiernos de Alberto Fernández, López Obrador, Gustavo Petro y Luis Arce ni siquiera mencionan la intentona golpista de Castillo y piden a todos los implicados que se "priorice la voluntad ciudadana que se pronunció en las urnas" y que se abstengan de "revertir la voluntad popular expresada con el libre sufragio".
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, incluso se ha negado a reconocer a Dina Boluarte como presidenta y ha "pausado" las relaciones con Perú.

