
Los cuerpos sin vida del mallorquín David Peregrina Capó -de 53 años- y la brasileña Érica da Silva Santos -de 38 años- fueron hallados el viernes 24 de noviembre el restaurante que abrieron en Porto Seguro en 2016. Algunos vecinos oyeron disparos y gritos, así que alertaron a las autoridades. Efectivamente, habían tiroteado al chef y su mujer. Él recibió varias balas, en la cocina del establecimiento (en la planta de abajo); ella sólo una en la cabeza, en el exterior. Se cree que estaba en la planta de arriba (donde vivían) cuando oyó los disparos y saltó al patio por una ventana para intentar escapar.
Cuando le alcanzó la bala, Erika se dirigía al río Buranhém. Es la única vía de acceso al restaurante Ilha dos Ribeirinhos (antes Os Ribeirinhos), templo de la cocina española al que sólo se puede llegar en barco -por vía fluvial-. Un extremo que lleva a los investigadores a pensar que las víctimas fueron ejecutadas, ya que no es el mejor lugar para planificar un robo. Además, no han encontrado signos de que los asesinos se hayan llevado nada. La policía brasileña baraja varias hipótesis, pero la que cobra más fuerza es el ajuste de cuentas.
Tras el crimen no tardaron en salir algunos pasajes del pasado más oscuro del chef, que se dedicó a la banca durante muchos años. En concreto, hasta que se descubrió la trama de hipotecas falsas que puso en marcha con el propietario de una agencia inmobiliaria. Un macroestafa de más de 2 millones de euros -a Caixa Rural- por la que impusieron una pena de cuatro años de cárcel, en 2012. Ese mismo año, se conoció una segunda condena de dos años y siete meses de prisión por apropiación indebida y falsedad documental. Sustrajo más de 200.000 euros del restaurante de Palma en el que fue contratado como gerente, haciendo falsos ingresos en el terminal de pago con tarjeta.
A pesar de estas condenas, el paso por la cárcel de Peregrina fue prácticamente anecdótico. En cuanto tuvo la oportunidad se fugó a Brasil e inició una nueva vida con su entonces novia. En los últimos años, el mallorquín -ahora chef especializado en paellas- y su esposa habían logrado convertirse en miembros respetados de su comunidad. Y su restaurante era uno de los más populares de la zona. Sin embargo la policía de Eunápolis investiga los movimientos de la pareja en busca de un posible móvil del doble asesinato, que podría estar relacionado con un contencioso que tuvieron poco antes de los hechos por la titularidad de las tierras en las que se encuentra el restaurante (donde también tenían su residencia).
Litigio por las tierras
Según revela el Diario de Mallorca, Peregrina -que en Brasil solía usar el segundo apellido o el alias de ‘Chef David’ para pasar desapercibido- también ha tenido problemas judiciales en su país de acogida. En 2016, poco después de fugarse, habría iniciado "un largo pleito por la propiedad de los terrenos donde tenía su restaurante y su vivienda en el país sudamericano". Casualmente -o no- el asunto quedó "definitivamente cerrado" a su favor el pasado 16 de noviembre. Es decir, sólo una semana de que David y Erika fuesen asesinados.
El mencionado periódico, que asegura haber tenido acceso a los documentos del proceso judicial, señala había "un requerimiento de expropiación del suelo por parte de una empresa y un organismo público" que alegaban que "los terrenos que ocupaba Peregrina no eran suyos sino de titularidad pública". Él habría recurrido al usucapión, una figura jurídica conocida que permite hacerse con una propiedad cuando se ha ocupado pacíficamente y no ha sido reclamada por nadie durante varios años, y la justicia brasileña le dio la razón.
La coincidencia resulta sospechosa. Se podría haber dado también la circunstancia de que los planes de la pareja, que tendría previsto ampliar su negocio -han apuntado personas de su entorno a lo largo de estos días-, chocasen con los intereses de alguna banda criminal (traficantes de drogas o armas) que usara esta zona de la isla fluvial de Pau do Macaco para esconder o mover su mercancía y que -por tanto- se viera perjudicada por el trasiego de turistas que Peregrina y su esposa habría provocado con la apertura de su establecimiento.


