El ataque en Bondi Beach se produjo sobre las 18:40 hora local (7:40 GMT) del domingo, cuando dos hombres armados con rifles —que posteriormente fueron identificados como padre e hijo— abrieron fuego contra la multitud congregada en un parque cercano a la famosa playa de Sídney, una de las más concurridas y turísticas del país, durante la celebración de la fiesta judía de Janucá.
Trece personas —catorce si se incluye a uno de los terroristas, el padre— murieron en el lugar de los hechos y otras dos, incluida una niña de 10 años y un hombre de 40, fallecieron posteriormente en el hospital.
Además, al menos 42 personas resultaron heridas, siete de ellas permanecen en estado crítico.
Los terroristas
Las autoridades australianas han confirmado este lunes que los presuntos autores del atentado terrorista son un hombre de 50 años, que murió tras el enfrentamiento con la policía, y su hijo de 24 años, que permanece hospitalizado bajo custodia policial, aunque no se han revelado de momento sus identidades.
También han confirmado que no se buscan más sospechosos y que el fallecido contaba con licencia de armas de gran calibre desde 2015, con al menos seis armas registradas y pertenecía a un club de armas. Las autoridades han señalado que "cumplía los criterios de elegibilidad para una licencia de armas".
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese también confirmó que el terrorista hospitalizado fue investigado en 2019 por la agencia de inteligencia de Australia (ASIO), pero que entonces se determinó que "no representaba una amenaza", sin aportar más detalles. Sin embargo, el canal de noticias ABC informó que en la investigación se analizaron los presuntos vínculos entre el sospechoso con una célula del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Sídney.
