
Donald Trump se ha empeñado imponer su voluntad personal sobre la economía internacional, exhibiendo su capacidad de influencia y poder a nivel mundial. Por ello, ha sido capaz de llevar una errática política arancelaria e imponer, por ahora, una serie de gravámenes, que entran en vigor este 7 de agosto, que alcanzan en algunos casos el 41%, además de un impuesto mínimo global del 10%, a una lista de casi 70 países, tal y como comunicó la Casa Blanca.
En este contexto, EEUU y la Unión Europea alcanzaron el pasado 27 de julio un acuerdo en materia comercial por el que se establece un gravamen del 15% para los productos europeos. Además, el bloque europeo se comprometió a realizar comprar energéticas a EEUU por valor de 750.000 millones de dólares e inversiones adicionales de 600.000 millones. Pero ¿qué impacto tendrá este acuerdo sobre la economía española?
Impacto de los aranceles sobre España
En la medida en que España pertenece a la UE, que es una unión aduanera, nuestro país se verá afectado por los nuevos aranceles anunciados por el presidente norteamericano. En concreto, según el Banco de España, las exportaciones de bienes españoles supusieron un 1% del PIB (16.168 millones de euros). Por su parte, las importaciones españolas de bienes representaron un 1,7% del PIB (26.779 millones de euros).
Sin embargo, si bien es cierto que EEUU supone el sexto país al que más se dirigen las exportaciones españolas, el impacto de estos aranceles sobre la economía española será menor que en la eurozona, "pues tenemos menos exposición comercial directa con Estados Unidos y nuestro comercio bilateral está más orientado a los servicios que el de la eurozona".
De hecho, entre las diferencias entre la economía española y la europea en términos de exposición a EEUU, el Banco de España detalla que en nuestro caso la intensidad comercial es menor: "el comercio total del resto de la eurozona con EEUU fue del 10,1% del PIB, más del doble que el de España (4,4%)", expone. Además, el peso relativo de EEUU en nuestro comercio exterior es menor, porque "EEUU representa el 6% de las exportaciones y el 7% de las importaciones españolas; en el resto de la eurozona alcanzan el 10% del total en ambos casos".
Del mismo modo, existen diferencias en la composición de las exportaciones y las importaciones. Mientras que las exportaciones españolas dirigidas a EEUU están orientadas en mayor medida a los servicios, en el caso de la eurozona se exportan más los bienes. Con todo, la composición del saldo de la balanza comercial también difiere: "en España hay superávit en servicios y déficit en bienes, mientras que en la eurozona hay superávit en bienes y déficit en servicios".
Por su parte, un reciente informe de Fedea presenta el impacto de los aranceles en primera instancia y se calcula el efecto que tendría en cuatro posibles fases de escalada. Así, como vemos, un arancel común del 10% para todas las importaciones realizadas en EEUU, el PIB mundial experimentaría una contracción del 0,7%, mientras que el PIB norteamericano se reduciría un 0,82%. En cambio, en el escenario más severo de escalada (con un arancel general del 10%, uno del 25% para Canadá y México, otro del 15% para la UE y un gravamen del 145% para China) el PIB mundial caería un 3,38% y el estadounidense un 3,78%. En este contexto, en el primer caso el PIB español se contraería un 0,74%, pero en el peor de los casos se vería reducido un 3,36%.
Por lo tanto, ante estos nuevos aranceles que España tendrá que enfrentar como miembro de la UE, los exportadores españoles posiblemente tendrán que buscar posibles alternativas con las que sortear las imposiciones del mandatario norteamericano. A este respecto, en Libre Mercado publicamos que, según el ICEX, existe hasta una decena de mercados a los que se podrían dirigir distintos productos de procedencia española.
Por ejemplo, el aceite de oliva podría destinarse a Brasil o Japón. Además, el vino tendría la opción de exportar a China, Canadá o México. Los productos del sector del calzado podrían tratar de integrarse en los mercados canadiense y británico, mientras que los azulejos tendrían la posibilidad de ser vendidos en Francia, Alemania y Reino Unido. Por su parte, la perfumería podría encontrar en Singapur y Turquía interesantes alternativas al mercado estadounidense.


