
De nuevo, este mes se confirma la tendencia de desaceleración del mercado laboral. Los datos ponen de manifiesto que la tendencia en el empleo es de desaceleración, con dos meses malos -julio y agosto- pese a ser meses donde la coyuntura turística suele impulsar el empleo. Desgraciadamente, la inercia empieza a frenarse, pese a estar sostenida la actividad de manera artificial por el gasto público, el sector exterior y el turismo, pero la necesidad de ajustar el primero, y el empobrecimiento de nuestros socios comerciales y mercados emisores, ralentizan los segundos, sin que se realicen las reformas que necesita la economía española para seguir avanzando.
Los datos, son los siguientes:
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El paro sube en agosto y lo hace en 21.905 personas, el sexto peor mes de agosto de los últimos trece ejercicios. Si no sube más se debe a la pérdida de población activa y al artificio de los fijos-discontinuos que cesan en su actividad, que dejan de computar como afiliados pero que no pasan a computar como parados, cuando realmente lo están.
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La subida intermensual es similar a la de agosto de 2024, pero ligeramente superior.
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En términos interanuales baja en 145.610 personas, que es el segundo peor mes de agosto interanual de los últimos cinco ejercicios.
Si ya se notaba en los últimos meses una cierta desaceleración en el mercado laboral, en este mes de agosto dicha desaceleración es ya muy intensa, pese a la temporada de verano, favorable al mismo.
Andalucía lidera el descenso interanual de paro (-46.723 parados), seguida de Valencia (-18.924), Canarias (-12.830) y de Madrid (-10.236).
El paro, además, sube en todos los sectores, menos en agricultura (-1.849): construcción (+2.745 parados); industria (+2.775 parados); servicios, el más importante de la economía (+21.692 parados). El grupo "sin empleo anterior" baja en 3.458 personas.
Por tanto, sube en tres de los cuatro sectores, especialmente en los dos con más peso (servicios e industria).
Sube el desempleo femenino, en 11.748 personas y el masculino sube en 10.157 personas.
El paro entre los jóvenes (menores de 25 años) sube en 3.485 personas, pero sigue siendo uno de los cuatro países con mayor tasa de paro juvenil europea, con una tasa de paro juvenil del 23,5%, además de ser el séptimo país de la UE con más porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan y el primero con más porcentaje de población infantil en riesgo de pobreza.
Adicionalmente, España tiene la mayor tasa de paro de la UE, con un 10,4%, casi el doble que la UE.
Además, más de la mitad (un 57,72%) de los contratos indefinidos del mes son o a tiempo parcial o fijos-discontinuos.
Por otra parte, los contratos indefinidos caen en el acumulado hasta agosto un 1,39% interanual.
Del mismo modo, el dato intermensual de afiliación a la Seguridad Social baja en 199.300 afiliados, el tercer peor agosto intermensual de los últimos diecisiete ejercicios.
Ni siquiera al desestacionalizar el dato de afiliación mensual se consiguen buenos resultados, pues es el peor de los últimos tres ejercicios.
Por su parte, el dato interanual, con 476.299 afiliados más, es el segundo peor de los últimos once años en un mes de agosto (sólo fue peor el año de la pandemia).
Madrid lidera el dato interanual de afiliación, con 93.390 afiliados nuevos.
Además, de esos afiliados interanuales creados, 65.462 son nuevos empleos públicos, no creados por la actividad económica productiva del mercado. El último día de mes se perdieron 51.384 afiliados.
Por otro lado, el dato intermensual de afiliación de autónomos refleja una pérdida de 8.662 autónomos. Desde febrero de 2020 hay 27.893 empresas menos.
Más datos:
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Sigue habiendo 10.252 trabajadores en ERTE.
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Dato final de paro registrado: 2.426.511 parados.
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Dato final de afiliación a la Seguridad Social: 21.666.203.
Por tanto, es claramente un mal dato del mercado laboral, que ni siquiera el espejismo de la estacionalidad logra disimular. En lugar de querer aprobar reducciones de jornada que sólo puede provocar el cierre de empresas por no soportar el aumento de costes, y de subir impuestos a los ciudadanos de manera confiscatoria, el Gobierno haría bien en flexibilizar el mercado laboral para que se incrementase el empleo de verdad, que no fuese un mero reparto, que es lo que sucede en la actualidad, con fuerte destrucción, además, en el mes de agosto.
