En los últimos siete años no es que la economía española se haya montado en motos o en cohetes, sino que ha empeorado prácticamente en todos los indicadores de prosperidad, crecimiento y riqueza y hemos subido en otros como precariedad, pobreza, desempleo o deuda. Hoy, los jóvenes se emancipan más tarde y en menor medida que en 2018. Dos tercios de los jóvenes de entre 16 y 34 años viven en casa con sus padres. La edad media de emancipación supera hoy con creces la media de Europa, que es de 26 años. Y supera también la media de 2018, que era de 29 años.
Si nos fijamos en el porcentaje que los españoles tienen que dedicar de su salario al alquiler ha pasado de 38% en 2019 al 47% en 2024. Tanto en 2018 como en 2024, España está entre los países con la tasa de pobreza infantil más alta de la Unión Europea. Sin embargo, si en 2018 esa tasa de menores españoles en riesgo de pobreza era del 30-31%, ahora en 2024 este porcentaje ha pasado al 34-35%. Es decir, que el porcentaje de menores en riesgo de pobreza también ha crecido de manera notable bajo el mandato de Pedro Sánchez.
Si vemos otro tipo de datos, como las personas que tenían que pluriemplearse en España para llegar a fin de mes, hemos pasado de 447.000 personas en 2018 a casi 600.000 en 2024. Lo que significa un incremento de casi 150.000 personas y un crecimiento del 30%. Si miramos a los trabajadores autónomos, el incremento de este pluriempleo ha subido casi un 50% desde 2020. En 2019, los hogares no llegaban al 15% de su presupuesto anual para alimentación. Ahora estamos por encima del 17,1% de media; en el caso de los hogares más desfavorecidos, el porcentaje se sitúa muy por encima de ese 17%.
De hecho, en estos años, desde enero del 2019 hasta agosto del 2025 la inflación ha subido casi un 24%. En otros aspectos más macroeconómicos, tenemos que decir, como señala hoy Carlos Cuesta en Libre Mercado, que, desde 2017 hasta hoy, el Gobierno se ha endeudado en mayor medida de lo que ha crecido el PIB, y eso que ha jugado con la estadística para que esta reme a su favor precisamente en el indicador del Producto Interior Bruto. Tenemos más impuestos, presión fiscal y cuña fiscal. También tenemos mayor dificultad de acceso a la vivienda. Y se han disparado las cotizaciones sociales.
