
En unas jornadas dedicadas a la electrificación y la situación del sector en España organizadas por la patronal, Aelec, el ex Alto Representante de la UE, Josep Borrell, ha hablado de energía y geopolítica augurando un panorama sombrío para las ambiciones climáticas europeas, eje fundamental de las políticas comunitarias desde hace años.
"Ahora te miran mal si hablas de cambio climático", ha bromeado Borrell en el evento, en el que ha compartido mesa con el ex ministro de Exteriores José Manuel Margallo. Según el socialista, que ahora preside el Barcelona Centre for International Affairs, la real politik se ha impuesto y las palabras clave ahora son "seguridad" y "competitividad" incluso en los discursos de Úrsula von der Leyen.
Como ejemplo, ha puesto el retraso en la aprobación en la Ley contra la Deforestación europea, que pretendía evitar que las importaciones europeas contribuyan a la degradación de los bosques, y también el veto previsto a la venta de vehículos con motor de combustión, cuya fecha es 2035. Borrell ha dado por hecho que "lo vamos a retrasar" y ha señalado que estaba muy bien como programa pero ha chocado con la realidad: "Hicimos unas propuestas inasumibles para la industria".
El ex mandatario europeo se ha referido a la situación de la industria automovilística alemana y ha señalado que "no pueden dejar de producir coches térmicos" y cómo pueden "sucumbir ante la competencia" del coche chino eléctrico, cada vez más asequible. Sus palabras llegan entre presiones de un lado y de otro, de empresas involucradas en la transformación eléctrica y también de la industria alemana: hace sólo unos días, el canciller Friedrich Merz abogó públicamente por revocar la futura prohibición y criticó el veto a tecnologías concretas. También prometió que lo plantaría ante los socios europeos mientras prepara en los próximos días una cumbre con la industria del país.
"Hemos ido de predicadores, de misioneros, y esa religión no la compran ya ni en casa", lamentando el auge de discursos de la "extrema derecha" con el cambio climático como elemento ideológico y reflexionando también sobre las dificultades de que esa idea sea una prioridad para otros países o industrias. En ese punto, Borrell expresó su sorpresa por el giro estadounidense y el tono de Donald Trump contra la "estafa climática", según la calificó el presidente de EEUU ante la ONU.

