
Después de un año y cinco meses, esta noche la CNMV ha comunicado el fracaso de la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell, al no lograr llegar ni al 30% del capital de la entidad. De hecho se ha quedado en el 25,47% de aceptación, lo que le coloca muy lejos del objetivo inicial de lograr al menos el 50%, y también anula la posibilidad de lanzar una segunda OPA en caso de haber superado el 30%. De este modo, la oferta del BBVA, que pasaba por entregar una acción nueva del banco por 4,8376 acciones del Sabadell, queda sin efecto.
El primero en reconocer la derrota ha sido el propio presidente del BBVA en un comunicado en el que deja claro que se retiran tras el fracaso y a cambio anuncia que retoma de manera acelerada su plan de retribución al accionista. El 31 de octubre iniciará la recompra de acciones pendiente de cerca de 1.000 millones de euros; el 7 de noviembre pagará el mayor dividendo a cuenta de su historia (0,32 euros por acción), por un total de aproximadamente 1.800 millones de euros; y, en cuanto reciba la aprobación del Banco Central Europeo (BCE), pondrá en marcha una significativa recompra de acciones adicional. Unos anuncios que han disparado a la compañía en bolsa en el mercado americano. A la hora de escribir estas líneas el BBVA se anotaba más de un 6,6% de subida en la bolsa de Nueva York.
En su comunicado, Torres ha querido "agradecer a los accionistas de Banco Sabadell que han mostrado su apoyo al proyecto de unión, a los accionistas de BBVA por su respaldo constante, y al equipo del banco por el gran trabajo realizado a lo largo de todo el proceso". Y es que el proceso ha sido largo. En concreto un año, cinco meses y una semana han pasado desde que el BBVA anunciara su operación sobre el Sabadell oficialmente el 9 de mayo de 2024.
Un tortuoso camino en el que se han cruzado intereses políticos que han estado obstaculizando la operación casi desde el primer minuto. En cualquier caso, Torres dice querer mirar al futuro: "Nuestro plan estratégico y objetivos financieros para el periodo 2025-2028 nos mantendrán a la cabeza de la banca europea en crecimiento y rentabilidad", decía y animaba a su grupo señalando que espera "obtener un beneficio atribuido acumulado en estos cuatro años de aproximadamente 48.000 millones de euros y disponer de 36.000 millones para retribuir a nuestros accionistas".
Terminaba su intervención diciendo que "BBVA mira hoy al futuro con confianza y entusiasmo. Contamos con un banco en su mejor momento, un equipo comprometido y una hoja de ruta clara para seguir creciendo y creando valor para nuestros accionistas, clientes y la sociedad".
¿Será el final de la OPA?
Lo cierto es que, aunque parezca que este jueves se ha escrito el punto y final de una de las opas más controvertidas de nuestra historia después de la de Gas Natural sobre Endesa (y que duró 25 meses desde que se lanzó en septiembre de 2005 hasta octubre de 2006 cuando se entró a Enel), su último capítulo podría no estar escrito.
BBVA presentó un recurso formal ante el Tribunal Supremo el pasado 15 de julio impugnando las condiciones impuestas por el Gobierno para autorizar su OPA sobre el Sabadell. Unas condiciones que, a juicio de la entidad que preside Torres, disparaban los riesgos de la operación y fueron decisivas en el desarrollo de los acontecimientos y el devenir de los intereses de unos y otros.
Por otro lado, en las últimas semanas del periodo de aceptación ambas compañías impusieron recursos mutuamente por injerencias sobre sus respectivos accionariados.
Además, la Comisión Europea el 17 de julio abrió un procedimiento de infracción contra España por las normas que el Gobierno ha utilizado para condicionar la OPA sobre el Sabadell. Bruselas sostenía que las leyes españolas de 2014 y 2015 y los poderes que le atribuyen al Gobierno para intervenir en fusiones y adquisiciones bancarias podrían vulnerar competencias del Banco Central Europeo y otras normas comunitarias, además de restringir injustificadamente la libertad de establecimiento y movimientos de capitales.
¿Quién descorcha hoy el champán?
Lo que parece claro es que en BBVA no están para celebraciones. Lo que está por ver es si el champán corre más por la sede del Sabadell, por la de Junts, por la de ERC, por la del Gobierno o por la de la Generalidad. Salvador Illa, sin ir más lejos, ha sido de los primeros en felicitarse por el fracaso de la operación.
Sí. De nuevo nos encontramos con una OPA extraordinariamente manoseada por parte del Gobierno. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se opuso frontalmente el mismo día que se presentó oficialmente, justo cambiando el criterio marcado por Bolaños unos días antes cuando se filtraba la decisión del banco vasco.
No sólo eso. Las presiones separatistas contra la OPA del BBVA en el Gobierno llevaban al mismo al absurdo de elevar la operación a una consulta pública. Una consulta en la que votaron desde Mickey Mouse hasta Milton Friedman pasando por Spiderman. En total, según datos oficiales, 348.600 respuestas de las que tan sólo fueron válidas 65.900 (19%). Y de las válidas, un 89% se posicionó en contra de que el Gobierno interviniera.
Aún así, intervino e impuso unas condiciones no sólo duras, sino que disparaban la incertidumbre al condicionar la posibilidad de fusionar ambas compañías no sólo al transcurso de tres años, sino a la posibilidad de prorrogar esa posibilidad durante dos años más pasado ese periodo.
En definitiva, una OPA que ha contribuido a empujar a nuestro país a lo más alto de los rankings de inseguridad jurídica internacionales para países desarrollados.

