
A pesar de que el presidente de Argentina, Javier Milei, ha comenzado la semana con el viento a favor gracias a los buenos resultados electorales, en el horizonte económico se perciben nubarrones. La esperada reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, girará en torno a la reactivación de las compras de soja estadounidense (entre otros asuntos). Si ambos llegan a un acuerdo, Argentina dejaría de ser el proveedor de soja favorito de Pekín.
Trump ha confirmado que "los temas relacionados con agricultura figuran como una prioridad de la agenda con el líder de Pekín" de cara a la reunión que los dos líderes mantendrán esta semana. El presidente de EEUU también ha recalcado que busca reabrir el mercado de soja estadounidense con China, que ha reducido drásticamente sus compras a raíz de la crisis arancelaria y ha apostado por otros proveedores como Brasil y Argentina.
Estamos hablando de que, entre enero y agosto de este año, las exportaciones de soja estadounidense a China suman aproximadamente unos 2.147 millones de euros (2.500 millones de dólares), mientras que en 2024 (de enero a diciembre) la cifra superó los 10.086 millones de euros (12.640 millones de dólares), según los datos del Departamento de Agricultura estadounidense.
Y mientras Estados Unidos pierde cuota, Argentina ha intensificado su protagonismo como proveedor de soja a China. Los analistas de Oil World estiman que en la campaña 2025/26, Argentina podría exportar 12,6 millones de toneladas métricas de soja a China, frente a los 4,57 millones de toneladas que exportó en 2024/25.
La explicación de este boom de la soja argentina no sólo está en la guerra arancelaria que mantienen Trump y Xi. También han tenido mucho que ver las políticas liberales de Milei, como la suspensión temporal de impuestos a la exportación de grano, lo que ha provocado que las ventas argentinas de soja y maíz hayan alcanzado un récord histórico en el primer semestre de 2025, según los datos publicados por la Secretaría de Agricultura y Pesca.
Si tras las reuniones de esta semana, Trump y Xi sellan un pacto que devuelva a Estados Unidos su lugar privilegiado como proveedor de soja, Argentina podría sufrir una crisis de demanda. En definitiva, Milei encara un tablero internacional que podría cambiarle las reglas del juego justo cuando acaba de ganar un amplio margen político en casa.

