
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha dictado sentencia este miércoles con un movimiento que, lejos de transmitir calma, ha evidenciado una profunda grieta en el comité de política monetaria. Aunque el organismo presidido por Jerome Powell ha cumplido con el recorte de 25 puntos básicos, la decisión ha llegado envuelta en un clima de tensión interna sin precedentes recientes y una advertencia clara a los mercados: la batalla contra la inflación no ha terminado y la hoja de ruta para los próximos años será más restrictiva de lo esperado, contemplando como mucho dos nuevas bajadas para 2026.
Un cisma "inusual" en el corazón de la Fed
Lo que habitualmente es un trámite de consenso se ha convertido en un campo de batalla. La decisión ha contado con el apoyo de nueve miembros, pero ha registrado tres votos en contra, una cifra de disidencia inusualmente alta que refleja el dilema al que se enfrenta el banco central. Jerome Powell ha reconocido abiertamente la fricción, calificando la situación como un "choque inusual" de riesgos: el peligro de que la inflación vuelva a repuntar frente al riesgo de asfixiar el mercado laboral.
"Es muy inusual la persistencia de esta tensión", admitió Powell en una rueda de prensa donde intentó restar hierro al conflicto describiendo los debates como "serios y respetuosos". Sin embargo, la votación delata tres visiones irreconciliables:
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La línea oficial: Powell y la mayoría, que optaron por la cautela de los 25 puntos básicos.
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Los 'halcones' de la inflación: Jeffrey Schmid (Kansas) y Austan Goolsbee (Chicago) votaron en contra del recorte, abogando por mantener los tipos intactos ante el temor de que la inflación vuelvan a desbocarse.
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La presión política: Stephen Miran, designado en septiembre bajo la órbita del presidente Donald Trump, rompió la baraja por el otro extremo, exigiendo una bajada drástica de medio punto para estimular la economía a toda costa.
Empeoran las previsiones: la inflación marca el paso
Más allá de la división, el mensaje de fondo es sombrío para quienes esperaban dinero barato rápido. El temor a que la inflación se enquiste ha obligado a la Fed a revisar sus proyecciones para el cierre de año y el medio plazo. Powell ha dejado claro que "no existe una vía sin riesgos", y el nuevo cuadro macroeconómico sugiere que el ciclo de bajadas será mucho más lento y superficial.
El organismo ha endurecido su discurso anticipando un escenario de tipos más altos por más tiempo. Las nuevas previsiones apuntan a un frenazo en la normalización monetaria, limitando el margen de maniobra a un máximo de dos recortes adicionales en todo 2026, un jarro de agua fría para las expectativas de inversión y consumo y contra los deseos del presidente de EEUU, Donald Trump, quien desea desde que llegó al poder que la Fed engrase una política monetaria ultra laxa que permita a las empresas y al gobierno norteamericano financiarse mucho más barato.
Trump, los aranceles y la incertidumbre de enero
La reunión también ha servido de caja de resonancia para las tensiones políticas. La disidencia de Miran se lee en clave política como una extensión de la "guerra abierta" entre la Casa Blanca y la Fed. Trump exige tipos bajos para financiar la deuda pública y reactivar el sector privado, chocando con la prudencia institucional.
A esto se suma la incertidumbre sobre el impacto de los futuros aranceles. Aunque Powell intentó calmar los ánimos asegurando que un escenario "razonable" contempla un impacto inflacionario "único y corto en el tiempo", la realidad es que la Fed prefiere esperar. De cara a la reunión de enero, el presidente del banco central ha apelado a la prudencia ("data-dependent"), asegurando que evaluarán el "montón" de datos entrantes de diciembre antes de mover ficha nuevamente.
Por último, en un movimiento técnico pero significativo, la Fed confirmó que, aunque el balance sigue siendo amplio, se iniciará la compra de bonos del Tesoro a corto plazo para garantizar la liquidez, una señal de que el sistema financiero empieza a necesitar ajustes de fontanería.
¿Qué significa esto para el inversor?
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Tipos más altos por más tiempo: El coste de hipotecas y créditos no bajará tan rápido como se esperaba.
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Volatilidad: La división interna en la Fed sugiere que las próximas reuniones serán impredecibles.
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Freno en 2026: Las expectativas de reactivación fuerte para dentro de dos años se moderan con la nueva previsión de recortes limitados.

