
Los trabajadores de entre 20 y 35 años en Estados Unidos están comenzando a revertir el auge del teletrabajo. Nuevos datos muestran que los empleados más jóvenes observan menos formación, menor acceso a mentores y peores expectativas de promoción bajo esquemas 100% remotos.
Según un estudio de Bamboo HR, un 42% de los empleados que trabajaban desde casa ha vuelto a acudir regularmente a la oficina en el último año, principalmente para mejorar su visibilidad interna y sus opciones de crecimiento profesional. Además, entre quienes han regresado, el 58% afirma haber reforzado sus redes profesionales, frente al 81% de los trabajadores presenciales que valoran el contacto directo con mandos intermedios y alta dirección.
La creación de vínculos profesionales, la exposición a supervisores y la participación en proyectos de mayor relevancia son factores con especial impacto en los primeros años de carrera. Aunque la llegada del teletrabajo fue celebrada de forma acrítica por buena parte de los medios de comunicación, el tiempo ha demostrado que las ventajas asociadas con dicha fórmula de trabajo deben ser analizadas tomando en cuenta también los efectos negativos derivados de la ausencia física en las sedes empresariales.
Trabajar desde casa reduce la interacción
Así, trabajar desde casa reduce la interacción espontánea, dificulta la supervisión directa y puede afectar a la asignación de responsabilidades. No sorprende, pues, que Quartz identifique un fenómeno silencioso pero cada vez más acentuado de jóvenes que regresan a la oficina. Firmas de selección como Lock Search Group han identificado un aumento en el número de candidatos que directamente renuncian a aplicar a posiciones totalmente remotas. Para estos perfiles, el criterio principal no es salarial, sino la percepción de que trabajar sin presencia física disminuye el desarrollo profesional a medio plazo.
Puesto que ningún puesto de trabajo es una isla, la percepción del resto de compañeros resulta de vital importancia a la hora de propiciar mejoras salariales y ascensos profesionales. En este sentido, muchos mandos con mayor experiencia continúan valorando la colaboración presencial. Cuando ese perfil coincide con trabajadores jóvenes en remoto, surge el temor a ser pasados por alto en ascensos o asignaciones estratégicas.
Asimismo, consultorías laborales destacan que las empresas que mantienen esquemas híbridos suelen reservar ciertas reuniones estratégicas, formaciones internas o sesiones de evaluación para entornos presenciales, lo que genera diferencias entre empleados que acuden físicamente y aquellos que no.
"No se aprende igual desde casa"
El CEO Jamie Dimon, Jamie Dimon, ha sido quizá el alto ejecutivo empresarial que más tajantemente ha luchado contra la extensión descontrolada del teletrabajo. De hecho, este mismo 2025 ordenó que la totalidad de sus empleados regresen a la oficina cinco días a la semana, eliminando por completo las modalidades híbridas o los puestos de trabajo en remoto.
Dimon ha manifestado en público que "no se aprende igual desde casa": según él, los trabajadores jóvenes "se están quedando atrás" porque no adquieren de forma presencial la experiencia, el aprendizaje por observación, la gestión de errores o la negociación real con clientes. Este giro no es exclusivo de JPMorgan: en 2025 muchas grandes empresas estadounidenses han impuesto su retorno a oficinas, caso de Amazon, AT&T, Tesla, X (antes Twitter), Dell, Disney… También Apple, Meta (Facebook, Instagram…), Alphabet (Google, Youtube…), IBM o Disney han codificado la obligatoriedad de al menos 3 o 4 días de asistencia física (dependiendo de la firma).
En España, según datos de 2024, el porcentaje de ocupados en España que trabaja desde casa —habitual u ocasionalmente— alcanzó el 15,4 %, con algo más de 3,3 millones de personas. En 2025, solo el 12 % de las vacantes publicadas en portales de empleo (como InfoJobs) ofrecen teletrabajo, lo que representa una caída de un 19 % respecto al año anterior. En cuanto a empresas, en el primer trimestre de 2025 solo el 37,4 % de las compañías de 10 o más empleados permiten el teletrabajo, aunque la cifra sube al 78 % en grandes empresas (empresas de 250 empleados o más). En cuanto al uso efectivo entre empleados, en 2025 se registra que cerca del 20 % de los trabajadores teletrabaja de forma regular.



