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Madrid

Ayuso reivindica al Ejército en un Dos de Mayo marcado por el apagón: "Que nadie se crea que puede tomarnos por tontos"

La muerte no es el final, tocada en directo, irrumpió de forma sorpresiva en mitad del discurso de Ayuso, justo cuando reivindicaba al Ejército.

Tronaba en Madrid y el cielo se desplomaba sobre la Puerta del Sol minutos antes de que diera comienzo el Dos de Mayo más novedoso que se recuerda, el primero en que el Ejército no participaría de la tradicional parada militar tras el veto del Ministerio de Defensa; el primero sin presencia del Gobierno central; y el primero en que los actos institucionales se sacaron a la plaza.

Pertrechados de paraguas, la presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde de la capital rindieron homenaje a los héroes de 1808 depositando la corona de laurel sobre la placa en la fachada de la Real Casa de Correos. Después sonó el himno de España. Tras ello, una breve actuación de la compañía Dani Pannullo, que estrenó sobre el gran escenario levantado en pleno kilómetro 0 la coreografía inédita basada en la Oda a 2 de mayo, de Bernardo López García.

Los madrileños que quisieron acercarse hasta las dos gradas colocadas para la ocasión aguantaban impertérritos la lluvia y gritaban a la presidenta. "¡Viva Ayuso!". No hubo desfile de las Fuerzas Armadas, pero ante la sede del Gobierno regional circularon los distintos cuerpos de seguridad y emergencias madrileños que prestaron ayuda a los municipios afectados por la Dana en Valencia. Fue uno de los momentos más emotivos de la jornada. Para ellos fue una de las grandes cruces de la Orden del 2 de Mayo que se otorgaron en esta ocasión.

El Ejército, más presente que nunca en su discurso

Esta ausencia del Ejército marcó buena parte del discurso de Isabel Díaz Ayuso. De forma sorpresiva, varios músicos comenzaron a tocar La muerte no es el final, la pieza con la que se suele rendir homenaje a los caídos. "Para saber cómo somos los españoles basta también mirar a nuestro Ejército, que todo Madrid admira y espera siempre. Su misión es garantizar de modo permanente la unidad, soberanía e independencia de la Nación española, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional, protegiendo la vida de la población y los intereses de la Patria. El honor, la lealtad, y el sacrificio son sus valores, bajo el mando supremo de su Majestad el Rey. (…) Desde los Reyes Católicos contamos con un ejército nacional". Y "desde 1811 las Cortes de Cádiz ordenaron que se celebrara ‘de forma perpetua’, ‘con formación de tropas y salvas militares’, la muerte de los sacrificados en Madrid el 2 de mayo de 1808 en defensa de España, en ‘una jornada de horror y gloria’ para la Nación española", recordó.

En este punto, Ayuso subrayó: "Este año, el pueblo de Madrid está dolido y echa de menos a sus Fuerzas Armadas. Los madrileños quieren y admiran a su Ejército. Siempre con ellos, en los malos y en los buenos momentos. Un cuerpo de élite, querido y admirado en todo el mundo. Hombres y mujeres que dan su vida por la nuestra, sin importar momento o circunstancia".

Es por ello que "los madrileños se echan masivamente a las calles para verlo desfilar. Sin fallarle nunca. Somos la capital de este Reino. Sabemos que esta ausencia no la quiere nadie". No obstante, la presidenta quiso mostrarse optimista y se mostró convencida de que esta decisión de Defensa será reversible. "Madrid, unida y alegre, volverá a celebrar a sus héroes con su Ejército, que está siempre donde debe, a la altura de esta Nación centenaria que amamos y en la que, juntos, ponemos todas nuestras esperanzas".

"No podemos acostumbrarnos al desastre, ni al sectarismo ni a la mentira"

Pero sin duda el otro punto que marcó el importante discurso institucional de la presidenta fue el gran apagón que sufrió nuestro país esta misma semana. Y aquí Ayuso fue implacable. La presidenta quiso alejarse de los que romantizan o idealizan la falta de progreso. Somos un pueblo alegre y bravo, sí, pero "que nadie se crea que puede tomarnos por tontos", subrayó. "Que nadie se crea que se puede acabar con nuestro buen nombre en el mundo porque nos costó casi dos siglos recuperarlo". "Y quienes lo olviden – advirtió- verán cómo el pueblo español les sorprende una vez más. En Madrid lo sabemos bien: por eso llevamos mucho tiempo tratando a todos como adultos responsables, libres, y con respeto por la verdad y la vida".

"Debemos dejarlo claro: la fabulosa solidaridad, o la alegría de vivir que asombra y contagia a los que nos visitan, no deberían hacernos olvidar la gravedad de lo ocurrido. No podemos acostumbrarnos al desastre, ni al sectarismo ni a la mentira", resaltó. Y todo lo logrado desde la Transición —"con el Rey al frente, con un Ejército que supo renovarse y ponerse a la altura de los tiempos"— "de la ley a la ley pasando por la ley" y frente a "los fanáticos terroristas" y "los agoreros", "no puede irse al garete por culpa de nadie", dijo sin nombrar directamente a Pedro Sánchez. Y volvió a incidir en la misma idea: "Que nadie se confunda: el buen carácter de los españoles no es pasividad, ni sumisión, ni indiferencia". No fue la única referencia velada a Sánchez. "A nosotros nadie nos encierra, nos apaga, ni nos deja en evidencia ante el mundo. Y jamás seremos crueles, ni egoístas, ni indiferentes, ni cobardes", dijo también.

Especial mención quiso tener la presidenta al personal de Metro de Madrid. "Tras comprobar que todos los usuarios, 150.000, estaban evacuados y fuera de peligro, los maquinistas se negaron a dejar abandonados sus trenes y volvieron a ellos, donde permanecieron hasta 10 horas a oscuras hasta ser relevados. Mientras, el resto del equipo revisó palmo a palmo cada kilómetro de túnel para asegurarse de que no se quedaba un solo objeto caído en las vías. El personal de Metro de Madrid, uno de los mejores suburbanos del mundo, nos ha dejado testimonios para la historia. Por eso los viajeros desalojados, a pesar de la situación, tuvieron la misma palabra en su boca: ‘gracias’". También para los trabajadores de residencias y de los hospitales públicos de la región.

"Digan conmigo: viva Madrid, viva el Rey, viva España", concluyó la presidenta. El público vitoreaba y ovacionaba desde las gradas. El himno de España, la banda de música de la Policía Municipal y una actuación de Los Secretos pusieron el broche final del acto.

Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo

La Comunidad de Madrid ha concedido este año la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo a trece personalidades, instituciones y entidades sociales. Entre los galardonados destacan figuras como la cantante Massiel, el actor José Coronado, el deportista Ilia Topuria o el piloto Jorge Martín, así como los profesionales madrileños que actuaron durante la DANA en la Comunidad Valenciana y las lluvias de marzo en Madrid. También han sido distinguidos profesionales del centro ELA del Hospital Enfermera Isabel Zendal, la Fundación FAD Juventud y Proyecto Hombre Madrid, junto a entidades como el restaurante Botín, el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid y Onda Madrid.

En el ámbito cultural y científico, reciben la Gran Cruz el economista Pedro Schwartz, los fundadores del Hayedo de Montejo, José Mercé, y diversas instituciones académicas. En el plano deportivo, además de Topuria y Martín, se ha aprobado la concesión de la Medalla de Oro de la Comunidad al futbolista Dani Carvajal, por su exitosa trayectoria con el Real Madrid y la Selección española, galardón que recibirá al finalizar la temporada de LaLiga.

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