
Mariami todavía no sabe que su nombre ya forma parte de la historia de la medicina europea. Pero así es, y para satisfacción de todos, el milagro se ha llevado a cabo en Madrid, concretamente en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón. El centro ha dado de alta a esta niña de siete meses que se ha convertido en la primera bebé menor de un año en Europa en recibir un trasplante parcial de corazón.
Mariami llegó al mundo con una malformación congénita grave en sus válvulas cardíacas. Hasta ahora, niños como ella debían enfrentarse a un camino marcado por cirugías repetidas, ya que las válvulas artificiales no crecen con el cuerpo. Esta vez, sin embargo, la historia ha sido distinta.
Según ha informado el hospital, la evolución clínica de la menor ha sido favorable desde el inicio. Tras la intervención, Mariami permaneció únicamente dos días en la Unidad de Cuidados Intensivos, aunque necesitó varias semanas de hospitalización antes de poder regresar a su domicilio.
Una técnica innovadora que implica "solo" una parte del corazón
El equipo del Gregorio Marañón optó por una técnica innovadora: implantar únicamente una parte del corazón del donante —las válvulas— en lugar de realizar un trasplante completo. La ventaja es decisiva: esas válvulas crecerán con Mariami, reduciendo la necesidad de futuras intervenciones y permitiéndole algo tan esencial como vivir y crecer sin pasar continuamente por un quirófano. La técnica empleada está avalada por la Oficina Regional de Coordinación de Trasplantes y la Organización Nacional de Trasplantes.
El caso de Mariami ha sido especialmente complejo, ya que ha requerido la combinación de otras dos técnicas en las que el hospital también es pionero en el trasplante cardiaco pediátrico: el trasplante con incompatibilidad de grupo sanguíneo entre donante y receptor, y la donación en asistolia controlada. Por este motivo, el centro lo define como un "hito triple en cirugía cardiaca infantil".
Una nueva esperanza
Más allá del éxito clínico, este avance abre una puerta de esperanza para miles de familias. En España, alrededor de 4.000 niños nacen cada año con cardiopatías congénitas que afectan gravemente al funcionamiento de las válvulas. La nueva técnica no solo mejora su pronóstico, sino que también permite aprovechar mejor las escasas donaciones cardíacas infantiles, beneficiando potencialmente a más de un niño con un solo corazón donado.
Desde el hospital insisten en no olvidar el pilar invisible de esta historia: la generosidad del donante y de su familia. En medio del dolor más profundo, tomaron una decisión que ha regalado vida y futuro a Mariami y que permitirá salvar a muchos otros niños.

