L D (EFE) En las imágenes difundidas por Al-Yazira se ve a un occidental con los ojos vendados y descalzo en un paraje terroso; dos criminales embozados aparecen detrás de él, apuntándole a la cabeza con fusiles. En otro momento se muestran el pasaporte y otros documentos de Santoro, natural de la región italiana de Campania pero residente en el Reino Unido desde hace más de cuarenta años (tiene 52).
Fuentes periodísticas iraquíes citadas por EFE sostienen que Santoro fue tiroteado después de que se saltase un puesto de control erigido por elementos terroristas entre Faluya y Ramadi y atropellase a uno de éstos.
Sombras y confusión
El caso Santoro está siendo muy confuso. Roma dijo el miércoles por la noche, cuando se empezó a hablar de su secuestro, que no tenía constancia de que estuviera en Irak. Sus familiares han declarado que estaba allí por motivos humanitarios, y al parecer hace un mes el propio Santoro se presentó como miembro de Charity for England and Wales (una entidad que agrupa a varias ONG británicas) en la embajada de Italia en el Líbano, donde habría expresado su intención de introducirse en aquel país.
Sin embargo, los responsables de Charity han negado conocerle, y la legación italiana en Irak no tiene constancia de que estuviera en el país. Santoro ha sido condenado tres veces en el Reino Unido por falsificación de documentos y estafa, robo y vulneración de la custodia cautelar.
En la noche del miércoles el Ministerio de Exteriores italiano emitió una nota donde se contemplaba la posibilidad de que Santoro hubiera sido asesinado.
"Parece que un grupo terrorista –decía el comunicado– ha mostrado en Ramadi a un fotógrafo local el cuerpo de un hombre. Se trataría de Salvatore Santoro, nacido en Nápoles el diez de enero de 1952, ciudadano italiano residente desde hace años en el Reino Unido".
Según el comunicado, el fotógrafo su puso en contacto posteriormente con el corresponsal de la agencia Associated Press; éste, a su vez, comunicó la noticia por vía diplomática a la embajada italiana en Irak.
Si todo se confirma, con Santoro serían ya ocho los italianos secuestrados en Irak en lo que va de año: tres acabaron siendo asesinados por sus captores (el periodista y colaborador de la Cruz Roja Enzo Baldoni, el guarda de seguridad Fabrizio Quattrocchi y el propio Santoro), tres fueron liberados en una operación militar (los compañeros de Quattrocchi) y dos por los propios terroristas (las cooperantes Simona Torretta y Simona Pari).