La UE mantendrá su política de diálogo hacia la dictadura castrista y deja en suspenso las sanciones hasta 2006

L D (Agencias) Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) están de acuerdo en mantener la política de diálogo con Cuba y por lo tanto dejar en suspenso un año más las sanciones decretadas en junio de 2003. "Las medidas adoptadas el 5 de junio de 2003 permanecen en suspenso", señala el borrador de conclusiones aprobado por los Veinticinco.

A demanda de Alemania y la República Checa, el texto final especifica que el diálogo deberá ser no discriminatorio "incluido en lo que respecta a la concesión de visas a los miembros de los gobiernos respectivos para las visitas" y que tendrá como fin alcanzar "resultados tangibles en las áreas de derechos humanos, la democratización y la liberación de prisioneros políticos".

 

La UE ratifica así su Posición Común de 1996 que, en el marco de las relaciones con la Unión Europea, busca estimular un proceso de transición hacia el pluralismo democrático, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales y una mejora de las condiciones de vida del pueblo cubano.

 

De igual forma, el Consejo reiterá su disposición a mantener un diálogo “enfocado” con las autoridades cubanas sobre una base recíproca y no discriminatoria, incluyendo lo que se refiere a la concesión de visas a los miembros de los gobiernos para sus visitas, con el objetivo de llegar a resultados tangibles en el terreno de los derechos humanos, de la democratización y la liberación de los presos políticos, así como en los terrenos político, económico y de cooperación.

 

“La cuestión de los derechos humanos deberá ser evocada en cada visita de alto nivel”, reza igualmente el texto, que ha sufrido algunos retoques en la redacción a petición de las delegaciones alemana y checa, según explicaron fuentes del Consejo. En concreto fue el alemán Joscka Fisher quien promovió poner más el acento en los derechos humanos y la democratización.

 

También el titular checo de Exteriores, Cyril Svoboda, tuvo una intervención dura, dado que uno de los eurodiputados a los que se impidió recientemente su entrada en Cuba para participar en una Asamblea organizada por la disidencia era checo. Por su parte, el ministro español, Miguel Angel Moratinos, por su parte hizo una encendida defensa de la posición del Gobierno. España sostuvo desde el primer momento la necesidad de retomar los contactos oficiales con el régimen de Fidel Castro, a la vista de que la anterior política de sanciones no conseguía avances en la democratización de la isla.