Bagdad vivió el miércoles la jornada más sangrienta desde que el 30 de Junio las tropas estadounidenses se retiraran de las ciudades iraquíes. En apenas una hora se registraron más de tres explosiones, así como varios proyectiles en el centro de la ciudad, que dejaron al menos 95 muertos y 500 personas heridas. Un día después, la oleada terrorista continúa en las calles de Bagdad.
Estos atentados ponen en entredicho la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes para hacer frente a la violencia terrorista sin la ayuda de los soldados estadounidenses. El propio primer ministro, Nuri al Maliki, emitió un comunicado oficial en el que reconocía la incapacidad de las autoridades del país de hacer frente al rebrote del terrorismo :"los ataques criminales de hoy requieren, sin la menor duda, evaluar de nuevo nuestros planes y mecanismos de seguridad para afrontar los desafíos terroristas y mantener la iniciativa y aumentar la cooperación entre los cuerpos de seguridad y el pueblo de Irak", dijo.
Los ataques encadenados suponen un duro golpe a los esfuerzos del Gobierno por restaurar la sensación de normalidad en la capital, que anunció tras la retirada de los muros de hormigón hace escasas semanas. Los casi cien muertos y más de quinientos heridos ponen en duda lo precipitado de la decisión, ya que los muros a pesar de dificultar la circulación protegían a Bagdad de ataques terroristas.
El hecho de que la mayoría de los objetivos de los atentados se tratase de edificios oficiales muy vigilados, situados en la "Zona Verde", llama la atención sobre la inusual coordinación de los terroristas.
A pesar de los anuncios de las autoridades de aumentar las medidas de seguridad, la jornada del jueves ha comenzado con nuevos atentados y varios heridos. Fuentes policiales han confirmado que una moto-bomba ha explotado en el barrio comercial de Hafez al Qadi, en el centro de Bagdad, matando a dos personas y dejando al menos 8 heridos.
También el noroeste de Irak ha registrado nuevos atentados terroristas, al noroeste de la capital. La provincia de Diyala, fronteriza con Irán ha sufrido un ataque en la sede de Unión Patriótica del Kurdistán, dirigido por el presidente del país, Yalal Talabani. En el asalto perdieron la vida dos miembros del partido kurdo, dos guardias de seguridad y un civil que se encontraba en el edificio. Otras ocho personas resultaron heridas.
La localidad de Abu Jamis, también al noreste de Baquba, dos mujeres y un hombre murieron por la explosión de un artefacto, que también causó heridas a otras cuatro personas.
En total, se trata de más de 10 muertos y una veintena de heridos, en tres ataques terroristas distribuidos por el país, que ponen en cuestión la actuación del primer ministro iraquí que se juega su reputación ante las elecciones del próximo enero.