L D (EFE) Este nuevo atentado terrorista talibán coincidió con el inicio del mes sagrado de ayuno musulmán, Ramadán, y días después de que se celebraran las primeras elecciones presidenciales en Afganistán, el pasado 9 de octubre. Este ataque produjo después de que este jueves dos militares estadounidenses murieran en un atentado con bombas, que dejó a otros tres soldados heridos en la provincia sureña de Oruzgan, donde los talibanes detonaron una mina al paso de un vehículo en el que viajaban las víctimas.
Aunque todavía no se conocen los resultados de dichas elecciones, las encuestas indican que el actual presidente interino del país, el pastún Hamid Karzai, habría obtenido una amplia ventaja ante los otros 17 candidatos. Los talibanes promovieron el boicot a los comicios y amenazaron con matar a quien participara en ellos.
En un comunicado difundido este sábado por la Oficina Presidencial, Karzai condenó duramente el ataque de este viernes al que calificó de "atroz" y a cuyos autores declaró "enemigos de Islám".
El presidente aseveró que "los terroristas que perpetraron este ataque han vuelto a mostrar su cara bárbara, inhumana y contraislámica a través de la matanza de inocentes civiles, y en especial, de niños".
