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"Rubalcaba no defiende el honor policial, compra el silencio policial"

Álvarez de Toledo denuncia las "negociaciones y maniobras secretas" del Gobierno y hace un demoledor diagnóstico sobre la herencia de Rubalcaba.

Cayetana Álvarez de Toledo incluyó el caso del chivatazo a ETA en "las negociaciones y maniobras secretas" llevadas a cabo por el Gobierno, que han permitido que la banda terrorista "vuelva a tener bombas y votos".

Un diagnóstico demoledor, del que hizo epicentro a Alfredo Pérez Rubalcaba. "Tiene los días contados en la política nacional", afirmó, en declaraciones a Es La Mañana de Federico. La portavoz adjunta del Grupo Popular, y especialista en Interior, quiso elevar el tono ante las insinuaciones del candidato de Ferraz de que el PP no quiere el final de ETA.

"Debería de dejar de utilizar el presunto final de ETA para tapar su responsabilidad en el Faisán", sentenció la portavoz popular, que dejó bien claro que el PP "jamás apoyará las delaciones a terroristas". En este sentido, apremió a Rubalcaba a que "tenga el coraje" y diga "esas mismas palabras mientras mira a los cargos públicos que están escoltados" y buscan la libertad del País Vasco.

Hecho el primer ataque, Álvarez de Toledo pasó a un segundo round, el de desmontar que el final de la banda terrorista está a la vuelta de la esquina: "No está en condiciones de decirlo", sentenció, retrocediendo en el tiempo al veintidós de mayo, cuando la coalición Bildu consiguió un fortísimo poder local. "Cuando Rubalcaba llegó al Gobierno, ETA estaba políticamente liquidada y policialmente desahuciada" pero ahora "está en las instituciones" sin haber renunciado a las armas.

Y en este sentido incluyó la negociación soterrada entre el Ejecutivo y la banda, y que la diputada del PP dio por hecha. "Esto no es el final de ETA, sino una victoria política de ETA", remachó.

La decisión de la Audiencia Nacional sobre el chivatazo centró el tercer palo de su diatriba. Saca dos lecturas positivas: que no se ha conseguido "el carpetazo" vía "maniobra política" para trasladar el caso a Irún y que "se devuelve la pelota" al juez Pablo Ruz, que "dijo de forma clarísima que quiere seguir investigado".

"Confío en que tarde o temprano se tiene que saber toda la verdad", destacó Álvarez de Toledo, que llamó a "ir tirando" para demostrar "qué es lo que se ha hecho". "Ahora Ruz puede pedir más declaraciones, como la de Camacho", sugirió.

El ascenso policial de uno de los implicados, José María Ballesteros, le sirvió para dejar KO a Rubalcaba: "Dice que el PP ha arrastrado por el barro la labor policial" pero "Rubalcaba no defiende el honor policial sino que compra el silencio policial", concluyó.

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