Mariano Rajoy tuvo que oír en Berlín la pregunta que todos se hacían en España, y que pasaba -irremediablemente- por la decisión de la Justicia de exculpar a Francisco Camps. “Personalmente, estoy contento”, contestó, haciendo tanto de presidente del Gobierno como de jefe del PP.
En la primera de sus facetas, enfatizó su escrupuloso respeto a las decisiones judiciales. “No me irán decir otra cosa que acatar” lo que digan los tribunales “guste más o menos”, aseguró, en una comparecencia junto a Ángela Merkel. “Quienes me conocen, saben que es mi tónica”, y de ahí que elogió la separación de poderes y la independencia judicial.
Ya en clave de partido, puso como antecedente la “etapa muy dura” vivida por el expresidente, y por ende Ricardo Costa, si bien dejó abiertos todos los interrogantes sobre su futuro político: en el PP “Camps cuenta como cualquier otro dirigente político”. “Es diputado, ganó unas elecciones y es una persona que cuenta en nuestro partido”, añadió, en el único gesto de cariño. “A partir de ahí ya veremos qué es lo que ocurre en el futuro”, remató el presidente, arrojando aún más dudas.