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Rajoy anuncia reformas y ataca al PSOE: "Deberían callar con lo que dejaron"

El próximo Consejo de Ministros traerá "medidas muy importantes", anuncia Rajoy. Rechaza la presión en la calle: "Las reformas son necesarias".

A la misma hora que los sindicatos salían a la calle para protestar contra las reformas emprendidas en Educación y Sanidad, con el PSOE intentando prender la mecha social con declaraciones a favor de las protestas, Mariano Rajoy se reafirmó en su cometido. El presidente tiene pavor a que se reproduzcan imágenes como las de Grecia, pero más aún a no cumplir con los compromisos adquiridos. Alcanzar el 3% de déficit público es irrenunciable, según sus propias palabras y a pesar del debate instalado en Europa, y por ello volvió a defender su hoja de ruta.

Un plan de acción meditado, muy estudiado -"Antes se improvisaba, ahora no", dijo-, y que en el Consejo de Ministros del próximo viernes tendrá un capítulo importante. El jefe del Ejecutivo tiene previsto avanzar parte del plan para acabar con duplicidades y solapamientos en la administración pública. Lo que, en la práctica, viene a ser una reordenación del Estado, que afectará a los ayuntamientos incapaces de cumplir y mantendrá un férreo control a las comunidades, obligadas a recudir hasta el 1,5% el déficit. De hecho, ya entonces, Rajoy tendrá encima de la mesa el informe de Hacienda sobre los programas de saneamiento de las regiones, poniendo la lupa en si son o no creíbles. En caso de que el Gobierno crea que no llegarán a lo exigido, se pondrán en marcha los mecanismos para una eventual intervención.

Se eliminarán empresas públicas, organismos reguladores y, a partir de ahora, "no habrá dos administraciones haciendo lo mismo". Así se desprende del Plan Nacional de Reformas, que incluye las líneas maestras de la gran reforma, y que ya fue remitido a las instituciones europeas para su examen.

Unas cartas de navegación en plena tormenta social y financiera. Con los ciudadanos sabiendo de una nueva subida del IVA, en contra del Programa Electoral, y con la tasa de desempleo creciendo sin cesar. Con unos mercados que no dan tregua y una prima de riesgo en escalada. A ello se enfrentó Rajoy, en la clausura del congreso del PP de Madrid. Esperanza Aguirre le ofreció el primer capote, reconociéndole que "trabaja por España" y no por intereses electorales. Ya en el atril, el presidente solemnizó: las reformas son "necesarias y positivas", aunque entienda que haya a muchos españoles que "no les gusten".

El presidente configuró un discurso muy realista, pero de confianza en el futuro. También de crítica al PSOE, menos velada de lo habitual pero sin llegar a las cuotas de su telonera madrileña. "Deberían callarse después de lo que nos han dejado", se quejó. Aún más, arremetió contra Alfredo Pérez Rubalcaba por "oponerse a todo", en especial a la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que se gestó con los socialistas en el poder.

"No entienden, o no quieren entender, o no sé lo que les pasa", continuó, para llevar a la arena pública una afirmación demoledora: "En España hay que hacer lo que ellos no hicieron y, en muchas ocasiones, exactamente lo contrario". Y de ahí que, en una estocada final, les reclamara silencio.

En la orilla contraria situó sus reformas, "sin parangón" ateniendo a la velocidad con la que se han diseñado y ejecutado. Gobierno y PP no se cansan de recordar que sólo llevan un trimestre en el poder. "Son imprescindibles para reescribir la historia de la prosperidad", sentenció. No evitó admitir que "va a costar", pero que las medidas son "más obligadas que nunca" para ver la luz al final del túnel.

El presidente no citó expresamente la subida del IVA. De hecho, nadie del Ejecutivo lo hace desde que Luis de Guindos, titular de Economía, rehusara citar la palabra maldita al anunciar los nuevos ajustes. Ahora bien, en el cómputo general, Rajoy recalcó que "no quedaba alternativa".

Por su parte, en un mensaje más en clave europea, defendió las políticas a favor del crecimiento. La idea no es nueva ni mucho menos. De hecho, fue él uno de los protagonistas de la carta remitida a Bruselas –y firmada por Gran Bretaña e Italia entre otros- que reclamaba medidas en este sentido. Ahora bien, junto a las mismas, Rajoy sigue apostando por la austeridad, haciendo bandera de su coletilla no gastar más de lo que se tiene.

La clave para el presidente es la combinación de ambas: "Estamos a favor del crecimiento económico. Necesitamos y apoyaremos todas las políticas de crecimiento que se presenten en el Consejo Europeo", sentenció. Lanzó un apunte que no debe pasar desapercibido: "España hará sus propias aportaciones", apuntalando el hecho de que acaba de iniciar el mandato, y está respaldado por la mayoría de españoles.

Así, Rajoy bajó del escenario para encarar otra semana complicada. El PP ya se ha puesto las pilas, e iniciará esta misma semana su ofensiva para explicar las reformas. Nada dijo de la política penitenciaria, a pesar de que Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT, estaba escuchándole. Para el presidente, insisten los suyos, lo único importante a día de hoy es salir de la crisis económica.

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