Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón han vuelto a escenificar la paz que, desde hace ya meses, firmaron a fin de lograr los mejores resultados electorales el próximo 22-M. Tras una legislatura marcada por las tensiones, que llegaron a su culmen con los insultos de Manuel Cobo hacia la presidenta regional y la falsa trama de espionaje que avaló el Ayuntamiento, Mariano Rajoy –fortalecido a golpe de sondeos positivos- logró un armisticio.
Una tregua que se prolonga desde inicios de año y que tuvo su capítulo más tierno cuando la jefa del Ejecutivo autonómico tuvo que ser intervenida de cáncer de mama.
Ahora, en plena precampaña, ambos han reiterado su amor público en el Foro Madrid, organizado por el PP de al región. "Gallardón es incapaz de estarse quieto, de no meterse en líos. A los políticos de raza nos gusta meternos en líos, cambiar lo que no nos gusta", dijo Aguirre, que fue la encargada de presentarle.
Según dijo la presidenta, el regidor es "un político de raza" al que le une una relación de "amistad y cariño", algo que está "por encima de las lógicas discrepancias en el seno de un partido vivo, donde no se coarta la libertad de cada cual, que permite pensar por cuenta propia". "Algunos han hurgado en lo que nos separa pero bendito sea el PP, donde no rige el pensamiento único. Ese es uno de nuestros tesoros porque no se obliga a pensar igual en todos los asuntos", añadió, según recoge EP.
Lo sustancial, en su opinión, es que están de acuerdo "en lo fundamental", que es tener "el mismo modelo de España" y considerar que el Estado "tiene que estar al servicio de los ciudadanos y no al revés".
Aguirre repasó la vida política de Gallardón, muy intensa desde que, antes de cumplir treinta años, se hizo con las riendas de la Secretaría General de Alianza Popular. En conclusión, "un peso pesado de la política madrileña y española". Buenas palabras por un objetivo común: "Un nuevo triunfo el 22 de mayo, aún más espectacular que el anterior".
Como no podía ser de otra forma, el primer edil respondió a tan elogiosas palabras -algunas con segundas intenciones- con una pompa aún superior para definir a Aguirre. "No habrá ninguna diferencia que a Esperanza y a mi nos dificulte ponernos a trabajar por los madrileños. Juntos hemos mejorado el metro, hemos hecho intercambiadores, hemos avanzado en educación con plazas infantiles, tenemos que evitar que Madrid retroceda", argumentó.
Habrá que esperar, eso sí, a una vez los madrileños hayan introducido su voto en las urnas y, según todas las encuestas, tanto Aguirre como Gallardón repitan en sus respectivos puestos. Entonces, el propio alcalde ya ha dejado claro -en círculos íntimos- su intención de dar el salto a la política nacional y formar parte del hipotético Gobierno de Rajoy. Sus ansias políticas provocaron un cisma en el PP hace ahora poco más de cuatro años.