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El PP pide la dimisión de Mario Jiménez, el responsable del error en la Ley del Agua

Cómo ya es costumbre los socialitas andaluces con Pedro Jiménez a la cabeza volvieron a provocar otro espectáculo en el pleno andaluz: empiezan con insultos e injurias a los populares y terminan "saltándose lo que se ha votado" para poder corregir sus pifias.

Ayer tuvo lugar una nueva bronca en el Parlamento andaluz cuyo protagonista fue, como va siendo costumbre, Mario Jiménez, uno de los jóvenes encargados por José Antonio Griñán de injuriar diariamente al PP mientras él permanece en posición de "estadista" y al margen de los insultos.

Hace dos días, el PSOE, cuyo portavoz parlamentario es Mario Jiménez, votó a favor de las enmiendas a la Ley de Aguas presentadas por el PP. Aunque la culpa se quiso hacer recaer sobre el secretario del grupo, es evidente que la responsabilidad política es enteramente del portavoz.

Ahora, el PP, que abandonó el pasado jueves sus escaños en protesta por las injurias y descalificaciones de Jiménez, pide su dimisión  por pretender salvar el "grave error" que los socialistas cometieron (votar por error afirmativamente 29 enmiendas del grupo popular que iban a ser rechazadas), "saltándose las leyes y la democracia". Jiménez, precisamente el responsable del numerito socialista, llamó "irresponsable" a Arenas.

Este error del PSOE cambió sustancialmente el contenido de la norma, ya que, en contra del criterio socialista, garantiza la unidad de cuencas o desmantela a la administración política creada bajo el paraguas de la Agencia Andaluza del Agua.

"Jiménez debe asumir su responsabilidad y no derivar a los andaluces el lío de su partido", señaló Sanz, quien añadió que el PSOE no puede pretender "cometer un fraude a la democracia", saltándose lo que se ha votado democráticamente en el Parlamento.

El PSOE ya ha anunciado públicamente su intención de “corregir” el texto que ya ha sido aprobado para suprimir las enmiendas del PP, algo que, según Sanz, “no está amparado” por el reglamento de la Cámara.

Por otra parte, Antonio Sanz denunció que el PSOE haya dedicado una pregunta dirigida al presidente de la Junta "en exclusiva para injuriar e insultar" al PP, hecho que ha motivado el abandono de todos los miembros del grupo popular de sus escaños.

Según Antonio Sanz, se ha producido un "fraude" del reglamento de la Cámara, y ha lamentado la actitud de la presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, al permitirlo, ya que tras las palabras de Jiménez contra Arenas le ha negado la palabra "por alusiones" al presidente del PP de Andalucía.

Para Sanz, esta situación forzada por el PSOE demuestra la "debilidad" del presidente de la Junta, quien "al haber fracasado" durante la pregunta formulada anteriormente por Arenas ha tenido que "buscar la muleta, el apoyo cobarde de dos turnos más para rematar la faena". "Eso es de político cobarde, y Griñán lo demuestra para intentar solventar su fracaso ante las preguntas de Arenas.

Mario Jiménez y sus compinches
Mario Jiménez parece haberse especializado - no tiene carrera universitaria terminada conocida -, en improperios, cuando no expresiones injuriosas, muy especialmente contra Javier Arenas.

El blog de Mario Jiménez está repleto de alusiones despectivas hacia Javier Arenas y el PP.  Por ejemplo, en una de sus recientes entradas les ha llamado caciques. Sirva de ejemplo lo que publicó hace unos días: "Señor Arenas: tiene que pedir perdón a los andaluces y las andaluzas porque, una vez más, los líderes de su partido humillan y ofenden la dignidad de los andaluces."

En su continuo afán por vincular al PP y a Javier Arenas con el régimen anterior y el caciquismo, olvida que en la Junta de Andalucía ha habido cuatro presidentes. Dos de ellos, pertenecen a familias bien y pueden ser considerados "señoritos" de toda la vida, sobre todo, José Rodríguez de la Borbolla. Los otros dos, Manuel Chaves y José Antonio Griñán son hijos de militares que sirvieron al régimen de Franco. Manuel Chaves es hijo de Antonio Chaves Plá, que llegó a ser coronel de Artillería condecorado incluso por el régimen de Franco. También es hijo de África González, ya fallecida, que portaba correajes de la Sección Femenina por las calles de Ceuta.

Por su parte, José Antonio Griñán, de quien dicen que el nombre de José Antonio se lo impuso su padre en memoria de José Antonio Primo de Rivera, pertenece a una familia, no sólo franquista, sino ultrafranquista. Su padre fue oficial en la casa militar del Generalísimo Franco y tuvo como testigo de boda nada menos que al ministro del Ejército de Franco. Por parte de madre, dos de los Martínez Emperador fueron miembros destacados del régimen. Uno de ellos, Rafael,  vilmente asesinado por ETA y condecorado por el gobierno Aznar, fue un alto cargo de la Seguridad Social franquista y el otro, José, fue diputado de Fraga y parece que se negó incluso a firmar la Constitución de 1978.

Mario Jiménez tiene ya un lugar de relieve en la historia del transfuguismo al haber propiciado la moción de censura de la localidad onubense de Gibraleón tras haberse seducido con cargos y sueldos a un edil del PP en 2005. Como en Benidorm, expulsó pero no expulsó a los ediles que siguieron siendo del PSOE. Curiosamente,  Jiménez, portavoz entonces de la Ejecutiva Provincial del PSOE en Huelva, definió estos sucesos como "nueva estrategia de manipulación del PP", ¡tendrá cara el elemento!", se escribió en la prensa andaluza sobre su comportamiento.

Pero no contento con eso, este vocero, sigue diciendo la prensa, "siguiendo muy en su línea de interpretar la historia, avanzó que "se tomarán medidas de forma inmediata ante cualquier intento del PP de alentar la celebración de actos violentos o de medidas de presión contra militantes, simpatizantes socialistas o ciudadanos en general"  y dicho y hecho: una llamada al Subdelegado del Gobierno y este envió un contingente de miembros de la Benemérita con la orden (sic) “de moler a palos” a los que osasen manifestarse en contra del nuevo Alcalde." Con dos pares que tiene el portavoz del señor Griñán en el Parlamento Andaluz y número 3 del PSOE andaluz.

Jiménez que está de mano derecha de Griñán, y al parecer, también del presidente de Cajasol, Antonio Pulido, que lo ha colocado en tres consejos de Administración de la entidad, tiene un excelente talante inquisitorial. De hecho, es "uno de los ejecutores más inclementes que ha dado a luz la política onubense, presumió el pasado jueves de ser "de Huelva" para poder denunciar en el Parlamento la "extorsión" (ni presunta ni leche migá) que estaría ejerciendo El Mundo al denunciar prácticamente en solitario los detalles del incentivo de la Junta de Andalucía a Minas de Aguas Teñidas (Matsa), puesto que "hay un periódico arruinado que busca dinero, un periódico que no llega a fin de mes, y si hay anuncios de concentrado de cobre de tres por dos, toda esta tormenta se queda en un vaso de agua", como escribió un periodista que lo conoce muy bien, su paisano Manuel Becerro.

A diferencia de Jiménez y sus compinches, de los que hablaremos pronto, podemos aportar un  documento que justifica lo que decimos:



La estúpida obsesión por la agresión y el abandono del camino de la reconciliación nacional

El comportamiento del PSOE andaluz no guardaba relación con ningún otro comportamiento socialista en el resto de España, hasta que llegó Zapatero y ha pretendido reabrir todas las heridas para ocultar su desastrosa gestión como presidente del Gobierno. Pero que personas de la trayectoria familiar de Chaves y Griñán, porque Borbolla y Escuredo fueron mucho más moderados, alimenten este clima parece realmente impropio si se tiene en cuenta, precisamente, su historia familiar.

Nadie del PP ha afeado nunca a José Antonio Griñán que su familia fuera lo que fue. Ni a Manuel Chaves que su padre fuera un militar de Franco en la Ceuta de la posguerra, ni que el padre de su esposa, Antonia Iborra, fuera militar de alto rango en San Roque. Y realmente no tiene importancia, porque uno no tiene por qué pensar igual que su familia ni seguir exactamente sus pasos ni en política ni en ningún otro aspecto de la vida.

Pero lo que realmente resulta molesto y, a veces, indignante y sublevante, es que apliquen dos varas de medir diferentes con su pasado y con los de los demás. Subleva que Manuel Chaves, por ejemplo, dijera en 2008 en Dos Hermanas que las elecciones había que ganarlas porque "se lo debemos a nuestros padres y abuelos" haciendo creer a las miles de personas que allí había que sus padres habían sufrido mucho bajo el régimen de Franco.

En el caso de Arenas, por ejemplo, su padre era abogado y su abuelo, médico de pueblo. Su esposa, Macarena Olivencia, es hija de Manuel Olivencia, catedrático y en nada vinculado al franquismo.

Si se fuerza a repasar los pasados familiares, seguramente se encontrarán más pasados falangistas y franquistas en las familias de origen de muchos socialistas que en los populares de hoy.

Decía Ortega que los verdaderos conservadores son los que quieren que el pasado está siempre en el presente. El PSOE andaluz es un ejemplo de cómo para conservar el poder recurren sistemáticamente al pasado, ocultando eso sí, las partes del pasado que no les convienen.

Gente como Mario Jiménez y sus compinches no contribuyen precisamente a construir una Andalucía libre y de todos.

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