L D (Agencias) En opinión del jefe del Ejecutivo cántabro, ETA "va a seguir matando" y va a cometer "algún tipo de atrocidad gorda" porque los terroristas están "a la desesperada", con lo cual, reiteró, "va a ser un clamor en España que este tipo de delitos no tenga la misma tipificación que otros". "Esto lo ve cualquiera", apostilló.
"Yo creo que se han llevado un disgusto cuando han visto que han matado sólo un guardia", dijo Revilla en RNE, a la par que estimó que "si hubieran muerto cinco niños, estarían celebrándolo en un batzoki o en Francia". Por ello, sentenció que los terroristas "no pueden salir jamás a la calle".
"Si de mí dependiese", señaló, el etarra que "ha puesto la bomba con la idea de matar a cinco niños y 29 familias, no ve la luz de la calle en la vida". A su juicio, el hecho de que a un "tipo de estos" se le vea "a los quince años paseando por un pueblo" crea una "alarma social". "Y encima a lo mejor llega a ser concejal e incluso en su entorno en un héroe", agregó el presidente cántabro.
Finalmente, Revilla manifestó que no es igual un asesino que, en un momento determinado "se le cruzan los cables" o "tiene un mal día" que aquel que lo programa. "Son unos psicópatas que programan la muerte", concluyó.
Demolición de la casa-cuartel
El alcalde de Legutiano-Villarreal de Álava, Pedro Berriozabal (EA), adelantó que la Casa Cuartel de la localidad, que el miércoles sufrió un atentado en el que falleció un guardia civil y otras cuatro personas resultaron heridas, será finalmente demolida porque el edificio "está muy afectado".
El primer edil de la localidad mantuvo este viernes una reunión con la subdelegada del Gobierno en Álava, Gloria Sánchez, que le confirmó que la Casa Cuartel será derruida porque "no merece" la pena intentar su arreglo parcial. Además, personal del Ministerio del Interior acudirá al lugar para hacer "las valoraciones oportunas" y decidir las actuaciones futuras.
Por otra parte, la carretera N-240 en Legutiano-Villarreal de Álava ha sido abierta esta tarde completamente al tráfico. La calzada tenía un socavón de aproximadamente un metro de profundidad en el punto situado delante de la fachada principal de la casa cuartel de la Guardia Civil.