L D (EFE) El 25 aniversario de la Constitución española sigue utilizándose para pedir reformas. Desde que se conmemoró la Declaración de Gredos, la tendencia a abordar cambios es una constante. El propio Manuel Fraga ha insistido este miércoles en que hay que prepararse para afrontar una "primera revisión seria".
El presidente de la Xunta pronunció la conferencia inaugural de la Jornada Conmemorativa del XXV Aniversario de la Constitución Española, organizada por la Escuela Gallega de Administración Pública (EGAP), que se celebra en Santiago de Compostela, y que clausurará el diputado del PP y ponente constitucional Gabriel Cisneros. Según Fraga, "Galicia se juega mucho ante la hipótesis de una alteración del régimen autonómico igualitario actualmente vigente", por lo que abogó por perder el "miedo" a proponer las reformas necesarias "a través de un consenso relativo bastante alto", que debe establecerse en el "momento oportuno".
El titular de la Xunta expresó la "lealtad" de Galicia a la Constitución Española y advirtió de que esta Comunidad no puede "aceptar bajo ningún concepto" que el "Plan Ibarretxe" altere la capacidad redistributiva del Estado. Pero para evitar críticas en este sentido, Fraga precisó que las mejoras que exige el texto constitucional nada tienen que ver con la actitud "irresponsable e insolidaria" de la que hacen alarde los "nacionalismos autodeterministas" o "soberanistas". A su juicio, no se puede negociar en serio ninguna cuestión política, y mucho menos una reforma estatutaria y constitucional, cuando "una de las partes negocia apoyada por armas asesinas" y pone encima de la mesa "una lista de más de mil personas asesinadas como prueba de que la dialéctica verbal va acompañada de la de las pistolas".
Tras los elogios, los matices
Sin embargo, afirmó que sería un grave error "sacralizar" esta Ley Fundamental como "intocable o irreformable", para recordar que "ninguna norma es eterna" y que "las que duran mucho, duran porque antes fueron enmendadas con frecuencia". El "impulso autonómico" fue considerado por el dirigente gallego como una "cuestión nuclear" sobre la que giran sus propuestas de enmienda del texto constitucional, tales como la administración única, la conferencia de presidentes, la reforma del Senado y la participación de las comunidades autónomas en los órganos superiores de la Unión Europea.
El "freno" a que estas modificaciones se lleven a cabo, para posibilitar una mayor participación de las comunidades autónomas en España y en la UE, no está, según Fraga, en el Gobierno español ni en el PP, sino en las "actuaciones criminales de una banda terrorista que utiliza la cuestión nacional y la independencia del País Vasco como coartada política de sus crímenes".
No es el momento, según Gabriel Cisneros
De hecho, explicó que éste no es el momento oportuno para proceder a enmendar la Carta Magna, porque no se cumplen los principios de "necesidad, oportunidad y consenso". En opinión de Cisneros, sería necesario que se produjera un verdadero "reclamo social" para que se procediera a la reforma y no, únicamente, "un interés de clases políticas o de los medios de comunicación".
