No saben qué hacer con él. La candidatura de Francisco Álvarez Cascos está encima de la mesa desde que arreciaran los rumores sobre su vuelta a la vida política a primeros de año. Desde entonces y hasta ahora las conversaciones se han multiplicado en el cuartel general de los populares sin llegar a ningún tipo de consenso.
Lo primero que hizo el líder del PP, Mariano Rajoy, fue darse más tiempo y congelar la proclamación de candidatos hasta después de las vacaciones de verano. Un periodo en el que trabajar a conciencia en la candidatura del Principado de Asturias, pero también de la Comunidad Valenciana y Navarra.
En “su fuero más íntimo”, aseguran las fuentes consultadas por Libertad Digital, Rajoy no quiere que Cascos sea candidato porque “sería otro barón complicado, que podría romper la disciplina de partido” y que “no pasaría por el aro de Génova”. Sin embargo, el propio presidente popular también es consciente de que “actualmente es el que está mejor posicionado”.
“Al final, estoy convencido de que Rajoy tomará la mejor decisión” para conquistar Asturias, y si ésta pasa por Cascos “se tapará la nariz y le llamará”, sentencia un miembro de la cúpula nacional de la formación.
Dicho lo cual, el jefe de la oposición todavía espera “alguna otra alternativa” que le llegue desde el Principado, si bien la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, no le ha dado ningún nombre que pueda hacerle sombra al ex ministro. Ha descartado todos los futuribles ofrecidos por el actual líder del PP en la región, Ovidio Sánchez.
“No tenemos ningún nombre sino que estamos en proceso, como se está en todas las Comunidades Autónomas (…) no hay novedad”, sentenció la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, preguntada, como cada semana, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Dirección.
Las dos almas del PP también se dejan ver en esta polémica interna. Los más críticos con Cascos dicen de él que traerá la política “más densa” de la era de José María Aznar y provocará “más de un conflicto interno” por su fuerte carácter. En este bando estarían, entre otros, las dos mujeres de Rajoy: Soraya Sáenz de Santamaría y la citada Cospedal.
Los que le defienden arguyen a su favor “la firmeza” de la que siempre ha hecho gala y, principalmente, que tanto en el PP de Asturias como entre los propios ciudadanos “le dan ya por candidato”. Esperanza Aguirre o Manuel Fraga han sido algunos de los dirigentes que le han dado un espaldarazo.
Un asunto que, pese a lo que pudiera parecer, no se aborda en el Comité de Dirección de la formación, lo que le da un aura de mayor secretismo todavía. “Rajoy ha hablado de Cascos en momentos puntuales y con quien tenía que hablar, pero no en la reunión de los lunes”, aseguran las fuentes consultadas.
Y, mientras tanto, el protagonista guarda cauto silencio y espera a que el líder del PP mueva ficha y le llame. “El orden de las cosas pasa porque Rajoy descuelgue el teléfono, hasta entonces Cascos no dirá nada públicamente ni en un sentido ni en otro”, explican fuentes de su entorno.
La última vez que Rajoy y Cascos coincidieron fue en abril en el almuerzo organizado en Sevilla por Aznar para conmemorar el XX aniversario de la conformación de la Ejecutiva con la que alcanzó la Moncloa en 1996. Sin embargo, y aunque la posible vuelta del ex ministro de Fomento estaba ya en boca de todos, no mantuvieron ninguna conversación al respecto.