(Libertad Digital) La presidenta del PP vasco, María San Gil, ha efectuado en San Sebastián su primera comparecencia pública tres días después de anunciar que abandonaba la ponencia política de su formación por fuertes discrepancias. En una extensa rueda de prensa, salpicada por multitud de preguntas por parte de los periodistas, ha explicado que se sintió "engañada" por la dirección de su partido. Además, ha reconocido que libró "una batalla titánica" para que el texto no perdiera su ideario.
"Les confieso que ha habido lucha de titanes. Me encontré con un interlocutor (Lasalle) que discutía y rebatía mi análisis político del momentos que vivimos y discutía y rebatía la necesidad de plasmar de una forma clara y contundente cómo tiene que ser la propuesta de proyecto de esa gran España unida", contó María San Gil. Por si quedaban dudas: "Si el interlocutor me discute hasta el concepto de Nación, me preocupa". Y es que le ha costado "horas y horas de negociación" que la ponencia recogiese "lo esencial" del ideario del PP. Después de esto, "el texto no era lo más importante, lo era la clara quiebra de la confianza con la dirección nacional", ha afirmado en un momento de su intervención.
La líder de los populares vascos manifestó que "es difícilmente entendible que, si percibe que hay clara voluntad de cambiar determinadas políticas", no es consecuente que ella siga en el partido. En esta línea, afirmó que "no es una retirada en diferido, sino la voluntad clara de ver en 40 días si se confirma que lo que tiene son sólo sospechas o no lo son". "Lo que no se puede hacer es, cuando no se está cómodo, disimular", sentenció.
María San Gil ha insistido en poner encima de la mesa la "sospecha" de que Mariano Rajoy quiere cambiar la estrategia del PP. Sin embargo, descarta rivalizar el liderazgo del partido con él. Y lo argumenta de la siguiente manera: "Si yo hubiera querido competir con Rajoy hubiera dejado que saliera la otra ponencia, ésa era la prueba del ocho de que aquí algo estaba pasando". Pese a ello, ha apostillado, nunca hablado "mal" de su presidente.