Ese es el problema nacionalista, que parece tan endiablado. Simplemente algunos españoles no quieren serlo. La reacción sería lógica si se aplicara a los inmigrantes africanos, pongo por caso. Pero sucede que casi todos los antepasados de los nacionalistas, desde hace mil años, se han sentido españoles. Algunos, hiperespañoles, como el padre de Arzallus, por ejemplo. Se trata, pues, de renegar de las raíces. Naturalmente, se puede ser vasco, catalán o gallego y español; no faltaba más. Pero los nacionalistas no aceptan esa lógica del sentido común. Allá ellos. Bastante sufrimiento tienen. Es triste tener que ser ciudadano del mundo.

No quieren ser españoles

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