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Diana Molineaux

Votos por petróleo

Como si escuchara las peticiones del candidato demócrata y vicepresidente Al Gore, el presidente Clinton decidió liberar parte de las reservas estratégicas de petróleo norteamericanas para aliviar la escasez de combustible y, posiblemente, conseguir una bajada de los precios.

Las cantidades que se pondrán en circulación no son muy grandes, tan solo 30 millones de barriles en un mes a partir del lunes, con lo que no afectará la seguridad del país, que tiene más de 570 millones de barriles almacenados en cuevas a lo largo del Golfo de México para crisis bélicas o un colapso en los suministros. Además, quienes compren este petróleo se han comprometido a restituirlo con creces.

El secretario de energía Bill Richardson, quien hace un par de meses aseguró al país que al final de verano los precios se habrían normalizado, anunció que las reservas de petróleo son muy bajas: un 40% menos que el año pasado en el centro y norte del país, y un 65% menos en Nueva Inglaterra, lugares en que ha empezado ya a nevar y pronto necesitarán mucho combustible para calefacción.

Richardson rechazó las acusaciones de que la medida se toma por razones políticas, pero los republicanos repitieron precisamente esto mismo, como ya planteó este jueves su candidato presidencial George W. Bush. Siguen insistiendo en que la disponibilidad de crudo de poco servirá, toda vez que las refinerías ya trabajan a plena capacidad y repiten que la administración Clinton, espoleada por el activismo ecologista de Gore, ha creado problemas de suministro.

Pero sus críticas pueden caer en oídos sordos, o incluso perjudicarlos: las encuestas indican que la gente favorece la utilización de la reserva estratégica y la primera reacción ha sido una pequeña bajada de precios. Los demócratas confían en que se mantenga por 45 días, para que la gente se lo agradezca cuando deposite su voto el 7 de noviembre.

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