Menú
Alberto Míguez

El ministro y la “falta de rigor”

Razón no le faltaba al ministro Piqué cuando denunciaba en el Senado la “falta de rigor informativo” de la que hicieron gala algunos periódicos sobre el escandaloso asunto del submarino británico en Gibraltar. Se han publicado y dicho, en efecto, muchas tonterías sobre tema tan delicado. Pero la culpa no siempre fue, como pretende Piqué, de los periodistas, los comentaristas y los analistas, aunque aquí también cada palo debería aguantar su vela.

Si el ministro se tomase la molestia de analizar las informaciones oficiosas u oficiales emitidas por su ministerio, por sus portavoces o por él mismo comprobaría que el rigor informativo también brillaba por su ausencia. O lo que es peor: la desinformación, el amaño de mentiras mezcladas con medias verdades, el disimulo y el silencio cuando se pedían a gritos aclaraciones y, sobre todo, la impuntualidad en la reacción caracterizaron su labor y la de sus colaboradores.

¿Y qué decir del Consejo de Seguridad Nuclear? Pocas veces se ha dado un ejemplo más acabado de incompetencia, irresponsabilidad y falta de sentido común. Las contradicciones entre lo que decían los supuestos técnicos nucleares –que empezaron declarando que no sabían nada de submarinos nucleares- y lo que el ministerio de Exteriores susurraba fueron de las que hacen época en la leyenda negra de la Administración española.

Si el ministro Piqué y sus colaboradores desean que la opinión pública se tranquilice y no escuche las tonterías sensacionalistas que se le ocurren a cualquier indocumentado, no tienen más que informar clara y puntualmente sobre la evolución del problema y dejar al lado las soflamas patrióticas. En este asunto ha faltado transparencia y responsabilidad: el Gobierno español puede y debe recuperar ambas cosas y dejarse de echar pelotas fuera.

En Opinión