Las conclusiones de la encuesta de Sigma Dos marcan una tendencia bipartidista dentro de un esquema estable. Es, sobre todo, el predecible hundimiento de Izquierda Unida --tan impulsado por Javier Madrazo-- lo que beneficia a un partido socialista, que consolida a su líder pero no se aproxima al Partido Popular hasta niveles de inquietud. Se detecta un debilitamiento de los partidos nacionalistas, y específicamente del PNV.
Los datos más relevantes de las encuestas políticas son los referidos a la confianza, y en esa línea los españoles muestran niveles relevantes de satisfacción respecto al presente y al futuro. Una adhesión a un liberalismo práctico que ha traído ventajas económicas --hasta hace poco una buena parte de la izquierda defendía los monopolios, ahora hay un consenso general respecto a sus perjuicios para los consumidores. Desde ese punto de vista, la magnífica imagen de José Luis Rodríguez Zapatero --el político mejor valorado-- no parece ser suficiente. O los españoles perciben una distancia entre el crédito a su liderazgo y el descrédito de su partido o consideran que están ante un proceso incoado e inacabado en el que se ha producido la renovación generacional pero no se ha enfrentado la ideológica.
El tema estrella de las últimas encuestas --desde la de pionera de Época hasta la reciente de Telecinco-- es el debate abierto por Libertaddigital sobre la sucesión de Aznar. Los datos de los diversos sondeos confirman una tendencia común: la notable confusión en el electorado, que ni siquiera sabe si el presidente del Gobierno seguirá como candidato o no, a pesar de sus reiteradas declaraciones, y el especial respaldo a Jaime Mayor Oreja y, en segundo lugar, a Rodrigo Rato, mientras queda en la recámara un segundo nivel.
Algunos dirigentes del Partido Popular me señalan que una aceleración del proceso sucesorio podría revivir los caínismos ancestrales y si hubiera ya un sucesor eso podría haber provocado el efecto perverso de conspiraciones desestabilizadoras. Pero lo cierto es que ni las encuestas ni los medios de comunicación parecen detectar el quid de la cuestión: cuál es el proceso de elección del sucesor de Aznar dentro del PP. Eso es lo que más afecta al modelo democrático. La encuesta de Sigma Dos es más favorable para el PP que la reciente del CIS y da mayor capacidad de maniobra en las decisiones al presidente del Gobierno.

Tendencia bipartidista
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