El Gobierno Aznar está mostrando demasiados puntos flacos y serios problemas de comunicación. Algunos de los problemas con los que se enfrenta no estaban en el guión y no tiene responsabilidad directa en ellos, pero se están cometiendo torpezas que quizás aconsejarían una remodelación para la que sería buen momento las supuestas elecciones vascas --¡de nuevo se ha hecho el silencio sobre una cita insoslayable!-- con la salida de Jaime Mayor Oreja de Interior.
El ministro de Agricultura ha afrontado con decisión el problema de las vacas locas para evitar daños a la salud y frenar la psicosis, pero ni ha conseguido transmitir tranquilidad ni parece haber meditado las medidas adoptadas, de forma que la realidad agrava cada día la situación con problemas nuevos, que pueden terminar arruinando al sector ganadero, poniendo en evidencia a la red de mataderos, a los veterinarios y al presidente de la Xunta de Galicia.
Las contribuciones a la causa de la chica Hermida, Celia Villalobos no están siendo muy afortunadas. Sus consejos gastronómicos y pedestres de cesta de la compra dan una imagen deplorable del Gobierno, e incluso hay recomendaciones ofensivas como la recomendación de consumir solomillo. Lo curioso es que Celia sigue dispuesta a dejar sin trabajo a Arguiñano sin que nadie la llame a la mesura y a la responsabilidad.
Pero donde se está rizando el rizo es en la cuestión del uranio empobrecido y la leucemia de los militares destinados en Kosovo. El intrépido Trillo ha dado diferentes versiones con horas de diferencia. Defensa lo negó todo, luego resulta que lo sabía. Primero dijo que no había problema, luego se dispone a analizar a todos los soldados que han pasado por Kosovo.
Hay un detalle que resulta hiriente: Defensa ha abierto un teléfono de atención al soldado, pero no ha tenido ni la sensibilidad de hacerlo gratuito ni tan siquiera de coste compartido de la llamada. ¿Tan mal está de dinero Defensa? Da la sensación de que aquí se está adoptando la postura del pariente pobre o del aliado débil. Ya ha sucedido con el dichoso submarino y ahora con la posibilidad de que entre la OTAN y Trillo hayan sometido a nuestros soldados a un riesgo innecesario sin información ni medidas preventivas. Menos mal, con tal ministro, que nuestras fuerzas van en misión de paz, que si van en conflicto armado...
Por si no hubiera suficiente, el Supremo se rebela y crea un conflicto institucional con el ejecutivo.
Se anuncia, en medio de todo esto, una entrevista en directo del presidente del Gobierno a través de una cadena de televisión. ¿Reedición de las lanares a Felipe González? Dicen algunos colaboradores de Aznar que está en su su proyección histórica. La historia del poder político en una democracia, a Dios gracias, es menuda, está hecha de cuestiones menores y no tan menores que afectan al ciudadano. A esas son a las que Aznar ha de ponerse antes de que el Gobierno haga aguas por sus ministros y ministras parche.

¿Crisis de Gobierno?
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