Menú

El triunfo de Zaplana y Bono

En la España de las autonomías, los proyectos nacionales se convierten en prolijos esfuerzos de diálogo y consenso, en procesos florentinos. En el caso del AVE Madrid-Alicante o Madrid-Valencia, el rompecabezas no era menor: el Gobierno de la nación y cuatro autonomías en la mesa de negociación, ya que Rafael Arias-Salgado en una última decisión incluyó a Murcia en un proyecto propuesto e impulsado desde la Comunidad Valenciana. Bono sentó desde el principio sus reales: el AVE tenía que pasar por Cuenca y Albacete, para que la primera de las ciudades no viera pasar por enésima vez a su lado el tren del progreso. Aquello dio lugar a acusaciones de que se pretendía el tren del botijo. Bono se ha salido con la suya a cambio de hacer el recorrido tortuoso y perjudicar a Alicante, el destino más demandado por los usuarios y el trayecto más rentable para Renfe.

De todas formas, para la Comunidad Valenciana lo malo era no tener AVE y para Alicante la clave era tenerlo cuanto antes, aunque fuera con unos minutos más. La conexión con Madrid del Arco Mediterráneo y la vertebración interna en comunicaciones de ese espacio económico son palabras mayores. Se trata de uno de los proyectos más decisivos y aun históricos. Y haberlo desbloqueado es un triunfo para Eduardo Zaplana, tanto como para José Bono haber sacado adelante sus condiciones.

Servicios

  • Radarbot
  • Curso
  • Inversión
  • Securitas
  • Buena Vida
  • Reloj Durcal