Uno de los efectos de la mentalidad estatista es volver en exclusiva la mirada hacia el Estado y los poderes públicos en busca de responsabilidades y soluciones. Damos en demasía por supuesto que la sociedad civil o no existe o no funciona. Por ejemplo, que una asociación para la ayuda de disminuidos psíquicos sirva para el enriquecimiento personal o que las asociaciones de consumidores sólo sirvan para consumir subvenciones.
Si ha habido y hay una cuestión que sensibilice a la población es esta confusa, y a ratos histérica, epidemia de las “vacas locas”. Todas las asociaciones de consumidores, excepto la OCU a tenor de sus paginas web, o desconocen su existencia o no le conceden importancia como para preocuparse por ella. Los ciudadanos agradeceríamos informaciones independientes y solventes, y un ejercicio de control de las medidas estatales. No se si Miguel Arias Cañete y Celia Villalobos debieran dimitir, como pide Rodríguez Zapatero, pero desde luego las direcciones de esas asociaciones de consumidores, que ni están ni se les espera, están de más.

Consumidores de subvenciones
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