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Alberto Míguez

¡Así no hay quien negocie!

El ministro de Agricultura y Pesca, el denostado Arias Cañete, se reunió con los consejeros de Pesca de las autonomías afectadas por el fracaso de la negociación con Marruecos para cantarles la gallina. Dijo Cañete, con toda razón, que era pesimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo entre otras razones porque el Comisario Fischler está harto de tanta zalema y regateo con el gobierno marroquí, que se quiere llevar el santo y la limosna.

En las actuales circunstancias un acuerdo es imposible. Y habrá que tomar decisiones de cierto fuste que entrañarán sacrificios para armadores y pescadores.

El “conselleiro” de Pesca de la Xunta de Galicia, Prudencio Landín, uno de los grandes expertos de nivel internacional que hay en España sobre asuntos pesqueros, sugirió que deberán aplicarse ciertos remedios urgentes para capear la crisis: en primer lugar, iniciar el desguace de los barcos anticuados e incapaces de pescar en altura; en segundo, colocar a los barcos que sean rentables en otros caladeros. Y en tercer lugar, aplicar medidas sociales de acompañamiento que reduzcan las repercusiones del desguace y de la búsqueda de nuevos caladeros. En otras palabras, seguir pagando a pescadores y armadores un sucedáneo del seguro de paro, como hasta ahora.

Pero he aquí que el consejero de la Junta andaluza, Paulino Plata, se opone a cualquier medida que entrañe desguazar, dar de baja o simplemente reconvetir la anticuada flota artesanal de Cádiz y Huelva, condenada a faenar en los cercanos caladeros marroquíes. A Plata le parecen bien las concesiones a Marruecos con tal de que sus compatriotas puedan seguir saliendo a la mar: sea cual sea el precio...

En estas condiciones ni Fischler ni el archipámpano de las Indias occidentales puede concluir negociación alguna. Como diría el clásico, qué país, qué paisaje y que paisanaje...

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