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La imprescindible solución policial

La banda terrorista no está pensando en ningún tipo de tregua, como desde los ámbitos nacionalistas se lanza esporádicamente, confundiendo los deseos con la realidad. La banda terrorista está pensando en provocar el mayor número de muertos y administrar el máximo posible de dolor.

La necesidad de contar con nuevo material explosivo era una evidencia ante el hecho de que la dinamita del último coche-bomba del comando Barcelona estaba en manifiesto mal estado y el último coche-bomba del comando Madrid no llegó a explosionar. El fruto del anterior robo estaba consumido.

El despliegue de la operación terrorista –hasta ocho de sus matones— contrasta con la ausencia de medidas de seguridad en el polvorín francés. Lo de la colaboración francesa es una media verdad que conviene difundir como propaganda, pero lo cierto es que Francia no considera a Eta como un problema interno y las operaciones en su suelo, como la detención de García Gaztelu, son culminaciones de informaciones españolas. Los interrogatorios son mucho menos eficaces en Francia y por ello los terroristas siempre van armados o con documentación falsa, además de por motivos de seguridad, para evitar la inmediatada extradición.

El robo de mil seiscientos kilos de explosivo es una pésima noticia. Indica, entre otras cosas, que Eta aspira a hacerse presente en las elecciones vascas con una ofensiva de terrorismo indiscriminado o de terrorismo de “fuerte impacto”, si han triunfado las tesis de los “veteranos”, críticas respecto a la nueva Eta. En términos políticos, la banda terrorista ha vuelto a las tesis previas a Argel de intentar forzar una negociación en la que obtenga sus tesis políticas mediante el terrorismo a gran escala.

Un corolario importante es que Eh no va a pactar con el PNV tras las elecciones y que las referencias al “diálogo” –como esas parroquias de Vitoria, ¿no quedamos en que la Iglesia no hacía política?— son más palabrería vacua que nunca, porque Eta ha situado al PNV en el campo de los traidores al no haber avanzado en el referéndum independentista que le propuso. El frentismo nacionalista, reflejado en la coalición PNV-EA, vive sus peores momentos, ha dejado de estar en el tiempo histórico, para ser una ficción a la búsqueda de mantener la parroquia electoral, mientras Eta ha pasado, en su huida hacia delante, a la mentalidad kamikaze, al terrorismo modelo Hamas.

Hoy queda más de manifiesto que nunca la importancia imprescindible de la solución policial. Hoy la esperanza es que la detención del etarra conduzca a la localización de esta terrible caravana de la muerte que busca esconderse en alguna infraestructura del sur de Francia o del País Vasco. Hoy toda la fraseología nacionalista –como esa última estupidez de Arzalluz de condenar la detención de los alevines de Eta— queda en evidencia ante el hecho evidente de que lo mejor es que se consiga la detención de los otros siete terroristas, la recuperación del explosivo y la mejora de las medidas de seguridad en los polvorines franceses. Eso es lo mejor y lo único posible para salvar vidas y defender la libertad. Todo lo demás es retórica.

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